- Establecer y respetar unos horarios de comidas y de sueño.
- Evitar situaciones que estimulen excesivamente los sentidos.
- No exponerse de forma prolongada a fuentes de calor.
- No hacer ejercicio físico intenso sin preparación.
- Evitar aquellos alimentos que el paciente sabe que le provocan crisis.
- Controlar estrictamente el consumo de analgésicos.
- Estudiar la posibilidad de que se esté tomando algún fármaco que pueda provocar las crisis.
Una vez que comienza la crisis, se recomienda:
- Comer poco y salado.
- Beber infusiones azucaradas
- Dormir.
- Procurar un ambiente fresco, aireado y tranquilo.
Cuando la crisis está avanzada se recomienda:
- Aplicar frío de forma local.
- Presionar las sienes con los dedos.
- Colocar un pañuelo de forma que oprima la cabeza.
- Evitar movimientos bruscos con la cabeza.
- Mantener la cabeza alta, no agacharse, por ejemplo sobre una mesa.
- Evitar los estímulos sensoriales.
- Evitar los esfuerzos físicos y otras acciones como toser o reírse.
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