Los investigadores, dirigidos por Ian Maze, sugieren que estos cambios genéticos podrían influir en los cambios de conducta persistentes que se observan en los adictos a la cocaína.
Los autores examinaron marcadores genéticos, llamados marcadores de metilación de histonas o H3K9me3, que son responsables del silenciamiento de la expresión de regiones de ADN entre los genes. Los ratones expuestos de forma repetida a la cocaína expresaban menos marcadores H3K9me3 que los no expuestos y el efecto persistía incluso después de que los ratones se hubieran abstenido de la cocaína durante una semana.
Después del consumo de cocaína, sin embargo, el número de marcadores descubierto en los ratones disminuía y los autores indicaron que algunas de las regiones de ADN anteriormente silentes en el centro de recompensa del cerebro, el núcleo accumbens, se volvían activas.
Los autores subrayan que se necesitan más investigaciones para determinar si las regiones activadas de ADN influyen en el funcionamiento neural del núcleo accumbens y si causan directamente la conducta adictiva.
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