En concreto, el SOS es de dos a tres veces más habitual en mujeres que en hombres. Esta patología se caracteriza por la aparición de una sensación seca, áspera y persistente en los ojos, que surge porque la persona carece de la cantidad suficiente de lágrimas.
"Las superficies de la conjuntiva y la córnea contienen receptores que, por efecto de las hormonas sexuales cuya producción se ve alterada durante la menopausia, modifican la cantidad y la calidad de la película lagrimal", explica el director médico de Clínica Baviera, Fernando Llovet.
"Este problema -añade el experto se puede corregir mediante el uso de colirios especiales o lágrimas falsas que deben ser prescritas por un oftalmólogo". Asimismo, los cambios físicos provocados por la menopausia también se pueden manifestar en la aparición o el empeoramiento de otros síntomas a nivel ocular.
"Es habitual que las mujeres que pasan por el climaterio sufran modificaciones en la curvatura de la córnea que pueden sumarse a dolencias asociadas a la edad como la presbicia, las cataratas o la degeneración macular", asegura Llovet.
Por todo ello, Llovet recuerda que "es esencial que las mujeres de más de 50 años estén muy atentas a cualquier cambio en la calidad de su visión. Síntomas como la sensación de cuerpo extraño, lagrimeo por uno o ambos ojos o disminución de la agudeza visual pueden estar asociados a esta etapa de la vida y deben ser tratados por un médico oftalmólogo".
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