Según informa la revista 'BMC Public Health', en esta investigación se analizaron los patrones de consumo de más de 44.000 jóvenes de entre 15 y 16 años de Alemania, observando que más del 93 por ciento de los encuestados que vivían en zonas rurales había probado el alcohol, frente al 86 por ciento de quienes vivían en zonas urbanas.
Del mismo modo, de los adolescentes que habían bebido alcohol en el último mes, el 78 por ciento de los que vivían en zonas rurales y el 74 por ciento de quienes vivían en ciudades admitió haberlo hecho de forma excesiva, considerándose como tal al menos cinco copas en una hora.
La autora del estudio, la doctora Carolina Donath, asegura que "esto demuestra que el alcohol es un gran problema para los adolescentes rurales", pese a que, según lamenta, "las actuaciones preventivas se centran en el consumo en ciudades".
Donath recuerda que este consumo afecta al rendimiento escolar y, con ello, reduce sus posibilidades a la hora de buscar empleo, al tiempo que también aumenta el riesgo de accidentes de tráfico y prácticas sexuales de riesgo.
Además, a largo plazo causa daños cerebrales, entre los que se incluyen problemas de memoria y deficiencias cognitivas, y aumenta el riesgo de enfermedad cardiaca y cáncer.
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