
El paciente se queja de adormecimiento, hormigueo y parestesia en manos y pies, y a menudo padece dolores en las extremidades que pueden ser intensos y comprometen tanto las estructuras superficiales como las profundas. En la pantorrilla se producen dolores de tipo calambre y, en general, suceden por la noche. Después de las alteraciones, los miembros se tornan débiles.
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