martes, 29 de marzo de 2011

El rechazo social activa las mismas regiones cerebrales que el dolor físico

Según estudio
El dolor físico y los sentimientos intensos de rechazo social producen el mismo 'daño' al activar las mismas regiones cerebrales, según sugiere un estudio de la Universidad de Michigan en Ann Arbor (Estados Unidos) que se publica en la edición digital de la revista 'Proceedings of the National Academy of Sciences' PNAS). Estas regiones son la corteza somatosensorial secundaria y la ínsula posterior dorsal.

Según explica Ethan Kross, director del estudio, "estos resultados proporcionan un nuevo significado a la idea de que el rechazo social 'duele'. En la superficie, derramar una taza caliente de café sobre uno mismo y pensar sobre lo rechazado que te sientes cuando ves la imagen de una persona con la que has roto sin quererlo podrían evocar tipos muy diferentes de dolor. Pero esta investigación muestra que estas sensaciones podrían parecerse más de lo pensado".

Investigaciones previas han mostrado que las mismas regiones cerebrales subyacen a los sentimientos de malestar emocional que acompañan la experiencia del dolor físico y el rechazo social, el estudio actual es el primero que determina que existen regiones cerebrales en las que ambas experiencias se solapan y que se activan cuando las personas sufren sensaciones dolorosas en su cuerpo.

En su estudio, los investigadores reclutaron a 40 personas que habían pasado por una ruptura amorosa en los pasados seis meses y que indicaron al pensar en esta experiencia se sentían profundamente rechazados. Cada participante completó dos tareas en el estudio, un asociada a sus sentimientos de rechazo y la otra a sensaciones de dolor físico.

Durante la tarea de rechazo, los participantes visualizaban una foto de su expareja y pensaban sobre cómo se sintieron cuando rompieron o veían una foto de un amigo y pensaban sobre una reciente experiencia positiva que les había sucedido con esta persona. Durante la tarea de dolor físico, un dispositivo de estimulación térmica se unía a los participantes en el antebrazo izquierdo. En algunos ensayos, el dispositivo administraba una estimulación dolorosa pero tolerable similar a sujetar una taza de café muy caliente. En otros ensayos se administraba una estimulación de calor no doloroso.

Los participantes realizaron todas las tareas mientras pasaban por escáneres de imágenes de resonancia magnética funcional (IRMf). Los investigadores realizaron una serie de análisis de escáneres de IRMf, centrándose en todo el cerebro y en varias regiones de interés identificadas en anteriores estudios sobre dolor físico. Compararon los resultados del estudio con los de una base de datos de más de 500 estudios previos de IRMf de respuestas cerebrales sobre dolor físico, emociones, memoria de trabajo, activación de la atención, memoria a largo plazo y resolución de interferencias.

"Descubrimos que los sentimientos que inducían de forma poderosa rechazo social activan regiones del cerebro que están implicadas en la sensación de dolor físico, que rara vez están activadas en estudios de neuroimagen sobre la emoción. Estos descubrimientos son consistentes con la idea de que la experiencia del rechazo social, o la pérdida social de forma más general, podría representar una experiencia emocional distinta que se asocia de forma única con el dolor físico", señala Kross.

Los investigadores esperan que sus descubrimientos ofrezcan nueva información sobre cómo la experiencia de la pérdida social intensa podría conducir a varios síntomas y trastornos de dolor físico. Los autores apuntan que los descubrimientos afirman la sabiduría las culturas de todo el mundo que utilizan el mismo lenguaje, palabras similares para 'daño' y 'dolor', para describir la experiencia tanto del dolor físico como del rechazo social.

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