Así se desprende de las últimos resultados de un estudio en animales que llevan a cabo junto con el Beth Israel Deaconess Medical Center (BIDMC) y el Hospital Infantil de Boston, en el que están utilizando una molécula de señalización llamada 16-16 dimetil PGE2 para mejorar la eficacia de estas células.
Según el estudio que publica la edición 'on line' de la revista 'Cell Stem Cell', ninguno de los animales que había recibido células tratadas con esta molécula desarrolló cáncer un año después del trasplante, presentando un perfil de seguridad favorable en todos los casos.
Los resultados de los estudios de seguridad a largo plazo en ratones fueron sometidos previamente a la supervisión de la Agencia Americana del Medicamento (FDA, en sus siglas en inglés), para obtener el permiso de la fase 1 de este ensayo clínico.
El investigador principal del estudio, Corey Cutler, inició su investigación en 2009 cuando trabajaba en el Hospital General de Massachusetts, cuando estudiaba diferentes compuestos que pueden regular la producción de células madre hematopoyéticas. Los primeros ensayos se realizaron con ejemplares de pez cebra.
Una de las limitaciones que presenta la sangre de cordón umbilical en los trasplantes es que cuando se utilizan sus células madre, la médula ósea las asimila más lentamente que otras células, lo que aumenta las probabilidades de fracaso de estas intervenciones, de ahí la importancia de encontrar nuevas fórmulas para mejorar la eficacia de estas células a la hora de realizar un trasplante.
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