Los autores del trabajo, Vickie Pasterski, Karolina Zwierzynska y Zachary Estes, del Departamento de Psicología de la Universidad de Warwick, interrogaron a un total de 113 personas sobre si unos 50 objetos coincidían, parcial o totalmente, o no, en ciertas categorías. Estos objetos podían estimular el debate o desacuerdo sobre la categoría donde encajarían mejor. Por ejemplo, se preguntaba si el tomate es una fruta o si la pintura se podía considerar una herramienta.
Los investigadores vieron que los hombres eran más propensos a realizar juicios categóricos absolutos --por ejemplo, sobre si el tomate era o no una fruta--, mientras que las mujeres hacían juicios categóricos menos ciertos, por ejemplo, el tomate puede "de alguna forma" pertenecer a la categoría de las frutas. Las mujeres encuestada tendían a hacer muchas más matizaciones en sus respuestas y eran un 23 por ciento más propensas a asignar un objeto a una categoría "parcial".
Aunque es una creencia popular que esas diferencias entre los hombres y las mujeres existen, hasta donde son conscientes estos investigadores, esta sería la primera vez que esas diferencias de género en la categorización han sido demostradas de forma experimental.
Según el psicólogo de la Universidad de Warwick Zachary Estes, "desde luego, sólo porque hayamos encontrado una diferencia significativa entre sexos en cómo los hombres y las mujeres categorizan no significa que un método sea intrínsecamente mejor que el otro".
"Por ejemplo --dice-- los hombres doctores pueden ser más propensos a diagnosticar rápido y con seguridad un conjunto de síntomas como una enfermedad. Aunque esto supone un gran avance en el tratamiento temprano de enfermedades, es obvio que tiene una gran desventaja si el diagnóstico está realmente equivocado. En muchos casos, una aproximación más abierta a la categorización o diagnóstico podría ser más efectiva".
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