Los científicos, dirigidos por Elizabeth Phelps, pidieron a 50 participantes de diversas razas que tasaran la fiabilidad de los individuos representados en más de 300 fotografías de hombres de raza negra, blanca, asiática, hispana y mestiza. Los participantes fueron instruidos para categorizar sus impresiones iniciales 'intuitivas' en un rango de escala del uno al nueve.
Los investigadores descubrieron que las actitudes raciales implícitas de los participantes, medidas en una prueba posterior, predecían desigualdades en la fiabilidad percibida de las caras negras y blancas.
Los individuos cuyas pruebas demostraron un sesgo implícito más fuerte hacia las personas blancas eran más propensas a juzgar a las caras blancas como más fiables que las negras, y viceversa, con independencia de la raza del participante, las creencias explícitas o la tendencia política.
En un experimento similar, los autores les pidieron a otro grupo de participantes que jugaran a un juego de 'verdad' que implicaba invertir dinero en un compañero, que podría compartir entonces una parte de lo conseguido o quedárselo todo. Los autores descubrieron que los sesgos raciales implícitos de los participantes, pero no de sus creencias explícitas o de su propia raza, predecían las desigualdades raciales en la cantidad de dinero que deseaban invertir en sus compañeros.
Según los autores, los resultados sugieren que los sesgos implícitos hacia los grupos sociales podrían ayudar con la evaluación rápida de los individuos no familiares en ausencia de información adicional y que estos sesgos probablemente persisten a pesar de los deseos e intenciones conscientes de las personas.
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