El análisis de estos perjuicios lo expondrá el doctor Jesús Rodríguez, miembro de la SEC y cardiólogo de la Unidad Coronaria del Hospital Universitario 12 de Octubre de Madrid, durante su conferencia en el marco de la XXVII reunión de primavera de la Sección de Estimulación Cardiaca, que celebra hasta este viernes la Sociedad Española de Cardiología (SEC) en Cartagena.
Según datos del registro nacional de marcapasos, en España se implantan anualmente más de 34.000. Por ello, y teniendo en cuenta las evidencias existentes, surge la "necesidad" de encontrar lugares alternativos para estimular el corazón que no conlleven efectos adversos para la salud del paciente.
En este sentido se están llevando a cabo tres estudios multicéntricos: RAPS, PROTECT PACE y Optimize RV, que pretenden demostrar los beneficios de implantar estos dispositivos cercanos al área de his o en el tracto de salida del ventrículo derecho, optimizando así la sincronía ventricular, conservando la fracción de eyección (porcentaje que mide la disminución del volumen del ventrículo izquierdo en contracción respecto a cuando está en relajación) y mejorando la evolución del paciente.
"Nos encontramos en un momento crítico en que se sigue poniendo el cable en la punta del ventrículo derecho en la práctica clínica aunque hay que dar un salto y cambiar este sitio. Los resultados de estos estudios y la labor de las sociedades científicas promoverán la actitud de este cambio en breve", ha asegurado el doctor Rodríguez.
Según ha explicado, "los nuevos lugares de implantación son igual de fáciles y seguros y tienen el mismo rendimiento eléctrico e incluso presentan menos complicaciones, habrá que pasar por un proceso de aprendizaje para familiarizar a los especialistas con el nuevo lugar de implantación del marcapasos", ha aclarado.
OTROS TEMAS DE LA REUNIÓN
Por otro lado, en el encuentro se analizará la última versión de las 'Guías de Práctica Clínica' de la European Society of Cardiology sobre la terapia con dispositivos para la insuficiencia cardiaca (IC) pues, tras las evidencias de algunos estudios presentados recientemente, el documento ha tenido que actualizarse ampliando las indicaciones para la terapia de resincronización cardiaca (TRC).
Los "buenos" resultados de esta práctica se han consolidado en diversos estudios controlados y randomizados como el REVERSE o el MADIT CRT, demostrando que la TRC reduce "sustancialmente" los eventos de insuficiencia cardiaca en pacientes que sufren una IC muy avanzada o que se encuentran en una clase funcional IV (sufren disnea al menor esfuerzo o en reposo y son incapaces de realizar cualquier actividad física).
"Las guías de resincronización cardiaca han tenido que variar para adaptarse a una realidad que los especialistas ya habíamos observado previamente, haciendo que ésta sea una técnica prioritaria en todas las fases de insuficiencia cardiaca, de modo que se reduzcan los eventos de IC y la mortalidad, se prevenga el remodelado y se evite la progresión de la enfermedad", ha apuntado el doctor Antonio Hernández, miembro de la SEC y coordinador del grupo de trabajo de resincronización cardiaca.
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