domingo, 22 de mayo de 2011

Un joven parapléjico consigue mantenerse en pie y mover las piernas por si mismo

MEDIANTE LA ESTIMULACIÓN DE LA MÉDULA ESPINAL
Un equipo de investigadores de California, en Estados Unidos, han conseguido que un joven parapléjico de 25 años consiga levantarse, mantenerse en pie y mover voluntariamente sus piernas, gracias a la estimulación eléctrica de la médula espinal, según informa la revista 'The Lancet'.

Esto ha sido posible gracias al trabajo coordinado de varios equipos de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA), el Instituto de Tecnología de California (Caltech) y la Universidad de Louisville, quienes han utilizado una estimulación epidural continua y directa, para imitar las señales que el cerebro transmite normalmente para iniciar un movimiento.

De este modo, han observado que, una vez emitida la señal, la red neuronal propia de la médula espinal y la información que envía desde las piernas son suficientes para activar el músculo y dirigir los movimientos de los miembros inferiores.

"La médula espinal es inteligente", ha reconocido el profesor Reggie Edgerton, biólogo de la UCLA y uno de los coordinadores de este avance, ya que "demuestra que tiene autonomía para interpretar los datos que les transmiten los piernas y darles instrucciones para que se puedan mover".

El beneficiado de tal hallazgo es Rob Summers, quien sufrió un grave accidente de tráfico en 2006 por el cual perdió cualquier sensibilidad y movilidad por debajo del pecho.

Sin embargo, cuatro años más tarde es capaz de permanecer totalmente erguido durante algo más de cuatro minutos, y hasta una hora con la ayuda de un arnés.

Además, Summers ha conseguido dar sus primeros pasos gracias a una cinta de correr, si bien los investigadores reconocen que ha sido necesario un régimen intensivo de entrenamiento locomotor al tiempo que recibía la estimulación epidural. También ha recuperado la función sexual y de la vejiga.

Todo el equipo que ha colaborado en este avance coinciden en que tales resultados, fruto de más de 30 años de investigación, permitirán ofrecer una opción terapéutica a largo plazo para mejorar la situación de los pacientes con algún tipo de parálisis.

No obstante, añade la doctora Susan Harkema, profesora de Cirugía Neurológica de la Universidad de Louisville, "aunque estos resultados son alentadores, todavía queda mucho trabajo por hacer".

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