Durante el análisis, publicado en la revista 'Proceedings of the National Academy of Sciences' (PNAS), se capturaron imágenes de las distintas áreas cerebrales de 22 pacientes fumadores, portadores y no portadores del polimorfismo del gen, conocido como OPRM1. El objetivo, según una información de la Plataforma Sinc es detectar, en cada caso, los niveles del receptor MOR.
Los resultados mostraron que los fumadores portadores del alelo G, la variante menos común, tenían menores niveles del receptor MOR que los portadores del alelo A -el más común- en regiones como el tálamo, el núcleo caudate o la amígdala derecha. En estas zonas se ubica el circuito de recompensa del cerebro, que proporciona al ser humano una sensación de gratificación.
Además, los fumadores con el alelo G notaron contraste en el placer derivado de fumar cigarrillos normales y cigarrillos sin nicotina. Según los investigadores, estas diferencias se explican por la distribución de los niveles de MOR en el cerebro. Esta correlación no se manifestó en los fumadores con el alelo A. Esta técnica podría ayudar a identificar los fumadores propensos a las recaídas y a desarrollar nuevas terapias más efectivas.
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