viernes, 10 de junio de 2011

Un fármaco favorece la autorreparación de los músculos cardiacos tras un infarto

ESTUDIO PRELIMINAR EN RATONES
Investigadores del University College de Londres, en Reino Unido, aseguran que una molécula experimental conocido como timosin beta 4 podría ayudar a los músculos del corazón a autorrepararse tras un infarto si se administra antes de que este suceda, según los resultados de un estudio en ratones que publica la revista 'Nature'.

Hasta ahora, se pensaba que los daños que sufre el corazón con infarto son irreversibles pero, tras este hallazgo, la Fundación Británica del Corazón, que patrocina el estudio, asegura que este fármaco puede convertirse en "el santo grial de la investigación cardiaca".

No obstante, aclaran en declaraciones a la BBC, recogidas por Europa Press, que pasarán al menos diez años hasta su aplicación en humanos.

Este grupo de expertos investigadores estaba analizando un grupo de células que son capaces de transformarse en diferentes tipos de tejido de corazón en un embrión.

En los adultos, las células progenitoras derivadas del epicardio forran el corazón, pero se "adormecen", por lo que los científicos usaron el timosin Beta 4 para "despertarlas".

"Las células epicardiales adultas que forran el músculo pueden ser activadas, moverse hacia adentro y despertar de nuevo al músculo cardíaco", según ha explicado el profesor Paul Riley, autor del estudio.

De este modo, observaron "una mejora en la habilidad del corazón de bombear sangre de un 25 por ciento", mientras que el tejido dañado se redujo y las paredes del corazón se hicieron más gruesas.

El director médico de la de Fundación Británica del Corazón, Peter Weissberg, reconoce que estaba "muy entusiasmado" con la investigación, pero advirtió que ese tipo de avances en animales raras veces se pueden trasladar luego a la farmacología humana.

No obstante, este experto reconoce que cualquier pequeña mejora en un tratamiento puede tener un impacto sustancial en la calidad de vida de los pacientes.

Por ello, apunta que si se consigue que un fármaco sea igual de efectivo en humanos, los investigadores creen que podría administrarse de manera similar a las estatinas, fármacos utilizados para disminuir el colesterol.

"El objetivo es que cuando un paciente presente riesgo de sufrir un infarto cardíaco, bien por sus antecedentes familiares bien porque su doctor haya detectado signos preocupantes, con una pastilla se pueda optimizar su corazón, de manera que si sufre un infarto su corazón pueda ser reparado", asegura.

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