Un estudio sobre la deshabituación tabáquica en pacientes que han sufrido un ictus demuestra que el lugar donde se ha producido la lesión y la intención previa de dejar de fumar son claves para abandonar este hábito, según un estudio de la Unidad de Neurología del Hospital Josep Trueta de Girona, la Universitat de Girona (UdG) y el Hospital Can Ruti de Badalona (Barcelona).
El trabajo, que publica la revista 'Stroke', es el primero que estudia la deshabituación tabáquica en afectados por ictus a lo largo de un año teniendo en cuenta factores biológicos y psicológicos.
La muestra se ha centrado en 1.003 pacientes que habían ingresado en el Trueta de Girona entre 2005 y 2007, de los que 208 eran fumadores en el momento de sufrir el ictus cerebral, pero finalmente se hizo el seguimiento de 110, a los que se analizó la zona del córtex cerebral conocida como ínsula.
En el momento de recibir el alta hospitalaria, el 88,9% de pacientes con lesiones en la zona afectada dijeron que no fumaban, respecto al 62,75 de los que no tenían afectada esta región.
Entre los tres y seis meses del ictus, continuaban sin fumar el 81,5% de los pacientes con la zona insular afectada, y el 42,2% de los que no.
Al cabo de un año continuaban sin fumar el 70,4% de los pacientes con la zona afectada y el 30,1% de los que no la tenían dañada.
Así, las personas que tenían intención de dejar de fumar antes de sufrir el ictus tuvieron siete veces más posibilidades de éxito en dejar de fumar respecto a las que no se lo habían planteado.
El estudio se ha basado en la teoría biológica de las emociones y el procesamiento de las decisiones, a partir de la que la afectación de la región insular sería fundamental para dejar el tabaco.
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