Los mayores que tomaron vitamina B12 y suplementos de ácido fólico durante dos años consiguieron mejores resultados en los tests de memoria a corto y a largo plazo que los adultos que no tomaron estas vitaminas, según un estudio de la Australian National University, publicado en 'American Journal of Clinical Nutrition'.
Según la autora de este trabajo Janine Walker, investigadora de la Australian National University, los beneficios son modestos, pero esperanzadores. A su juicio, las vitaminas "pueden tener un importante papel en la promoción del envejecimiento saludable y la salud mental, así como en el sostenimiento de un buen funcionamiento cognitivo durante más tiempo en una escala comunitaria amplia".
Los investigadores pidieron a más de 700 personas con edades entre los 60 y los 74 años que tomaran diariamente una dosis de ácido fólico y de vitamina B12 o en su lugar píldoras de placebo que parecían vitaminas. La dosis de vitamina incluyó 400 microgramos de ácido fólico y 100 microgramos de vitamina B12. Los participantes en el trabajo no sabían qué pastillas eran las que estaban tomando.
Los participantes en este estudio mostraron síntomas de depresión, pero ninguno había sido diagnosticado con depresión clínica, según los investigadores. Dice Walker "vio que los mayores con importantes síntomas de depresión eran una importante cohorte a la que dirigirse, dada la evidencia de que la depresión en la última etapa de la vida estaba asociada con un mayor riesgo de daño cognitivo".
Tras 12 meses, parecía no haber diferencias entre los grupos en cómo de bien estas personas puntuaban en los test mentales, incluidos el de memoria, atención y velocidad. Sin embargo, después de dos años, aquellas personas que tomaron vitaminas mostraron una mayor, aunque modesta, mejora en sus puntuaciones en las tareas de memoria.
Por ejemplo, en un test de memoria a corto plazo, aquellas personas que tomaron las píldoras falsas mejoraron sus puntuaciones del 5,2 al 5,5 durante dos años. Aquellos que tomaron las vitaminas aumentaron sus puntuaciones en el test de 5,16 a 5,6. La memoria a corto plazo se usa para, por ejemplo, para marcar un número que alguien acaba de decirte, mientras que la memoria a largo plazo entra en juego cuando se trata de llamar a ese mismo número un día o una semana después.
No está claro aún cómo tomar vitaminas puede funcionar a la hora de activar el funcionamiento cerebral y no todos los estudios están de acuerdo con sus beneficios.
Una idea es que las vitaminas reducen los niveles corporales de una molécula denominada homocistenia, que está vinculada a la enfermedad cardiovascular y a una función cognitiva pobre. La idea es que reducir la homocisteína podría, quizá, reducir el riesgo cardiovascular y a su vez a afectar al funcionamiento mental.
Para Joshua Miller, profesor en la University of California, es difícil traducir las mejoras en la memoria de los test a los beneficios en la vida real, en la que algunas personas pueden tener mayores mejoras en su memoria y otros mucho menores. "Para cada individuo, podría haber o no haber un efecto", asevera.
"Pero a nivel poblacional, un pequeño incremento de la función cognitiva puede tener muchas ramificaciones reales en el funcionamiento de la población global y en los costes de los cuidados de salud", dice.
No obstante, se necesitará realizar más test, en otros grupos de pacientes pero especialmente en aquellas personas mayores de este estudio, podrían beneficiarse de tomar vitaminas, ha dicho Walker.
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