En primer lugar previene la aparición de obesidad ya que contribuye a mantener la masa muscular o masa magra. Esta es la principal responsable del gasto energético. Por este motivo, las personas que realizan ejercicio pueden comer más calorías, manteniendo estable su peso.
El ejercicio es también importante en el niño y adolescente, ya que favorece un desarrollo corporal armonioso; además se asocia a hábitos de vida más sanos, evitando el alcohol y tabaco. Además, el deporte educa a todos (y sobre todo a los niños) en el respeto.
Tanto hacia los demás como hacia nosotros mismos. Nos permite conocer nuestras limitaciones, ayuda a resolver situaciones en las que hay que tomar soluciones rápidas y, sobre todo los deportes en grupo, fomentan las relaciones humanas.
Durante la menopausia, se ha visto que en las mujeres que realizan ejercicio no se produce la disminución del gasto energético, y por lo tanto, la ganancia de peso asociada a la pérdida de las reglas. En las personas de edad avanzada, la inactividad, más que el envejecimiento en sí mismo, es la causa del deterioro de la capacidad física.
Además, disminuye la probabilidad de padecer diabetes de tipo 2. El ejercicio físico constituye un pilar fundamental del tratamiento de la diabetes. El ejercicio regular mejora los factores de riesgo cardiovascular asociados a la diabetes, y participa en la prevención de las complicaciones tardías de la diabetes. Sin embargo, hasta el 50% de los pacientes con diabetes no realiza ejercicio de forma regular.
0 comentarios:
Publicar un comentario