"El estrés es el desencadenante a largo plazo de la aparición de caries dentales", explica a Europa Press Camañas. Esto se debe, según el experto, a que el estrés "provoca" una bajada de las defensas que, a su vez, causa una "disminución" de la producción de saliva y hace que los ácidos sean "cada vez más intensos", atacando directamente al esmalte, que es la "capa natural de protección de los dientes".
"La saliva es el elemento protector de las caries", recuerda Camañas, quien alerta de que el ritmo actual de vida de nuestra sociedad "favorece" el estrés y el descuido en la higiene bucal. Por ello -prosigue el experto- es necesario acudir periódicamente (cada seis meses aproximadamente) al odontólogo y no esperar a que la caries "duela", ya que "el 90 por ciento de las caries pequeñas que se tratan no duelen porque sólo afectan al esmalte".
Asimismo, el estrés también guarda relación con la halitosis, hace que los herpes se "reactiven" y es la primera causa de bruxismo. "El bruxismo se caracteriza por el apretamiento crónico de los dientes, sobre todo, por la noche. A la larga, afecta al ligamento periodontal (que actúa como amortiguador del diente), y hace que las piezas dentales se desgasten y se fracturen", explica el director médico de Vitaldent.
Aparte de estas consecuencias, el bruxismo que afecta al 20 por ciento de la población adulta, provoca dolores de cabeza y cuello, debido a "la tensión acumulada y al sobreesfuerzo muscular". Su tratamiento consiste en la colocación de una férula de descarga o de relajación o mediante ortodoncia cuando viene provocada por una mala colocación de los dientes.
DESPROGRAMA EL CEREBRO
"La férula de descarga es una desprogramación del cerebro. Posiciona la mandíbula de tal manera que al cerrar la boca el cerebro entiende que no tiene nada que hacer porque la zona está ya lo suficientemente desgastada y se relaja", detalla el odontólogo.
Por su parte, la aparición de herpes se asocia a momentos de tensión puntual como, por ejemplo, los periodos de exámenes. "El herpes está provocado por un virus latente que se sitúa en el nervio facial y se activa cuando se hace frente a una situación de estrés, por la consiguiente bajada de las defensas, o en personas inmunodeprimidas", explica Camañas.
Respecto a la halitosis, que afecta a aproximadamente un 60 por ciento de la población, la bajada de las defensas como consecuencia del estrés prolongado en el tiempo, hace que las millones de bacterias que se encuentran en la boca tenga mayor posibilidad de provocar afecciones bucodentales.
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