La nicotina estimula la subunidad alfa-5 del receptor de la acetilcolina nicotínico en el cerebro. Este receptor está presente en grandes números en un mecanismo neural específico, el tracto habenulo-interpeduncular, que se conoce por suprimir las señales de recompensa.
Los científicos, dirigidos por Paul Kenny, muestran que los roedores que carecen de este receptor trabajan por pequeñas cantidades de nicotina, como los animales normales, pero también buscan altas concentraciones de nicotina, lo que los animales normales encuentran desagradable y evitan.
Los autores muestran que la alteración de los niveles del receptor en el tracto habenulo-interpeduncular cambia la cantidad de nicotina que los animales consumen.
El estudio podría ofrecer una explicación de por qué la variación genética en el gen que codifica la subunidad alfa-5 aumenta la vulnerabilidad ante la adicción al tabaco en los humanos, al proporcionar una señal negativa en respuesta a los altos niveles de nicotina, por ello limitando el consumo.
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