Los científicos, dirigidos por Michelle Riehle, recopilaron mosquitos de estanques cercanos a las villas de Burkina Faso durante cuatro años e identificaron un subtipo de mosquito 'Anopheles gambiae' que es improbable que se incluyera en recopilaciones anteriores.
Los investigadores sugieren que esto se debe a que casi todos los mosquitos recogidos para la investigación en el pasado se han tomado en el interior de asentamientos humanos, donde los insectos se pueden capturar con facilidad.
Estos mosquitos que se encuentran en el interior de las viviendas muestran ciertas conductas y susceptibilidad a los parásitos de la malaria que los sitúan al margen de los mosquitos que habitan el exterior y los investigadores creen que la gran mayoría de la transmisión de la malaria se produce a través de la variedad 'doméstica'.
Sin embargo, esfuerzos previos para controlar la malaria como los del proyecto Garki en Nigeria durante la década de los 70, por ejemplo, fracasaron porque los mosquitos del exterior han permitido que la transmisión de la malaria persista a pesar del uso extendido de insecticidas en los hogares.
El equipo de Riehle produjo generaciones del subtipo único de 'A. Gambiae' en el laboratorio y descubrió que era más susceptible al parásito 'Plasmodium falciparum' que los tipos registrados de mosquitos de interior.
Los autores sugieren que este nuevo subgrupo de mosquito podría ser bastante joven en términos evolutivos y señalan que debería capturarse a adultos de este tipo procedentes del medio natural y revisar las medidas de recopilación y control.
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