"La exclusión de los lácteos de la dieta sin asesoramiento, por parte de expertos en nutrición humana y dietética, puede suponer un factor de riesgo para presentar ingestas inadecuadas de calcio. Si el organismo no recibe una cantidad adecuada de dicho mineral aumenta el riesgo de padecer dolencias relacionadas con la perdida de masa ósea, como la osteoporosis", afirma uno de los miembros de la asociación, Julio Basulto.
Por ello, desde la AEDN se aconseja a las personas, que tengan o crean tener intolerancia a la lactosa, que acudan a un dietista-nutricionista para que les asesore sobre su dieta. "Una alimentación diaria", apuntan los expertos, "debe tener un nivel adecuado de calcio, que suelen aportar de forma mayoritaria los lácteos".
Por otra parte, la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) considera que existen pruebas científicas suficientes que permiten afirmar que el yogur mejora la digestión de la lactosa en personas con dificultades en la digestión de la leche y sus derivados, según ha comunicado recientemente.
EL YOGUR, FUENTE DE CALCIO
En este sentido, los expertos de la AEDN recomiendan a las personas con síntomas de malabsorción de la lactosa el consumo de yogur como fuente de calcio, "siempre dentro del marco de una dieta saludable que priorice el consumo de alimentos de origen vegetal".
Igualmente, recuerdan que es importante no confundir la intolerancia a la lactosa, que da lugar a una sintomatología más grave, con una deficiencia de lactasa que, según la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria, afecta al 34 por ciento de la población española y cuyos síntomas son más leves.
Es por ello que la AEDN advierte de la importancia de que sea un especialista en gastroenterología el que realice el diagnóstico de esta afección, ya que en muchos casos se autodiagnóstica "sin haber pasado ninguna clase de prueba médica".
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