El doctor Francisco Barceló, responsable del equipo científico del UNICS, ha liderado la investigación, llevada a cabo de forma conjunta con la Universidad de California (EE.UU.), y que ahora recoge la revista 'Neuron'. Así, el estudio concluye que esa parte del cerebro humano funciona "en red", lo que significa que si a consecuencia de una lesión física esa región sufre daños irreparables los circuitos neuronales se "reconfiguran en cuestión de segundos", estableciendo nuevas conexiones y permitiendo que fluya la información de nuevo.
"Ello no conlleva la reparación del daño, sino que éste se ve compensado gracias a la gran plasticidad de esa parte del cerebro, en la que se encuentra una red flexible y dinámica de interconexiones neuronales", ha explicado el doctor Barceló en declaraciones a Europa Press.
Así, el investigador destaca que la importancia del descubrimiento reside en que durante décadas la parte prefrontal del cerebro fue un "misterio" y se la llegó a considerar "silente". "La comunidad científica llegó a pensar que no tenía ninguna función, debido a que muchos pacientes que habían sufrido lesiones en el córtex prefrontal mostraban una recuperación asombrosa de sus facultades, como si no hubieran sufrido ningún daño", ha relatado.
La explicación, aclara Barceló, se encuentra en la gran "plasticidad neuronal" de esa parte del cerebro, lo que permite superar lesiones gracias a la "continua reconfiguración" de las conexiones neuronales.
La región prefrontal controla la parte más "intrínsecamente humana" del cerebro, relacionada con "la capacidad de comprender el lenguaje hablado, de recordar el pasado o sentir y emocionarnos con esos recuerdos. Afecta a la capacidad de planificar el futuro, o ser animales sociales", detalla el investigador de la UIB.
Esta automática compensación del daño no sucede con la parte occipital (vista) o la parte motora del cerebro, dado que si se produce una lesión en esas regiones el daño es difícilmente reducido.
Así, los investigadores han establecido una comparación entre el cerebro y la red y han concluido que las neuronas se comportan como si navegaran por Internet, quedando probada la gran capacidad para "readaptarse" al nuevo entorno tras una lesión. "La existencia de Internet nos ha ayudado mucho a entender nuestro cerebro", ha concluye el doctor Barceló.
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