Para alcanzar esta conclusión, el equipo ha analizado la reactividad de nueve variedades de avena con el anticuerpo anti-33-mer. "Esta molécula es una herramienta fiable para detectar las variedades de avena potencialmente seguras para los pacientes celiacos, ya que puede identificar y cuantificar las fracciones más tóxicas en las distintas variedades del cereal", ha afirmado la coordinadora de la investigación de la Universidad de Sevilla, Carolina Sousa.
Hasta ahora, a la hora de determinar qué alimentos son perjudiciales para estos enfermos, la avena "nunca" ha sido "claramente" catalogada como tóxica, ya que "los distintos resultados obtenidos por las diferentes investigaciones se asociaban a una contaminación de gluten en la avena provocada por otros cultivos", ha apuntado el investigador del Instituto de Agricultura Sostenible del CSIC, que también participa en el trabajo, Francisco Barro.
Así, entre las nueve variedades de avena común ('Avena sativa') estudiadas, procedentes de fuentes comerciales de España y Austrialia, el equipo ha descubierto tres grupos en función de su reactividad: uno que provoca una elevada reacción, otro con efectos intermedios y el último sin consecuencias detectables.
"El estudio abre una vía a la elaboración de productos con avenas inocuas para los celiacos", ha apuntado Barros, al tiempo que ha añadido que "actualmente trabajamos para desarrollar variedades homologadas de avena tolerable".
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