En este sentido, Sidibé ha subrayado, en declaraciones a Radio Vaticana recogidas por Europa Press, que actualmente "más de 60 naciones presentan una reducción de la infección en su país" aunque ha reconocido que "el verdadero problema es que todavía hay más de diez millones de personas en el mundo que esperan ser sometidas a tratamiento".
Según ha declarado Sibibé, sin una "eficaz" solidaridad global, "será imposible para estas personas acceder a los tratamientos, así como tener esperanza de vida". En esta línea, ha señalado que las medicinas y los tratamientos existentes "son eficaces" y ha recordado que "la transmisión del virus se conseguiría reducir en un 96 por ciento si las personas "fueran sometidas a una cura en el momento justo".
En cualquier caso, ha subrayado que lo que es "verdaderamente indispensable", es "que continúe la misma solidaridad que ha permitido curar a seis millones de personas también dirigida a los más pobres".
Respecto a la prevención, Sidibé ha destacado que las Naciones Unidas y la Iglesia "están de acuerdo en muchos ámbitos" y que "tan sólo existen unos pequeños desacuerdos", como es el uso del preservativo.
De hecho, ha indicado que la Iglesia está haciendo "un esfuerzo enorme para luchar contra la discriminación" y ha destacado que "los servicios sociales" que existen en el mundo "son servicios que permiten a las familias acceder a la información necesaria para protegerse".
El secretario general ha subrayado que lo que ha aprendido del sida es que, cada vez que se excluye, "se pierde una vida" mientras que "cada vez que se acoge y que se lucha para entender a cada uno, incluida la Iglesia, se consigue dar un paso adelante y se consigue alcanzar a algunas personas que, si no, sería imposible alcanzar".
Michael Sidibé ha participado durante los días 27 y 28 de mayo en el congreso organizado por el Pontificio Consejo para los operadores sanitarios del Vaticano sobre la prevención y el tratamiento contra el virus del sida.
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