La técnica se empezó a utilizar hace un año en todo el mundo y, a diferencia de la gastrectomía vertical por laparoscopia, en la que se corta y se extirpa una parte del estómago, el nuevo método no requiere de sutura y se evita la aparición de fístulas --complicación que afecta hasta un 5% de los casos y que puede acabar con la muerte del paciente--.
De este modo, se reduce la capacidad del estómago al 20% del volumen original, "justo para que el paciente pueda alimentarse y no sufra desnutrición", según ha explicado el especialista en cirugía digestiva Jordi Pujol.
Al cabo de seis meses, las personas intervenidas han conseguido perder hasta un 50% de su exceso de peso "y alcanzan un índice de masa corporal de entre 26 y 28, acercándose al nivel normal que es de 20-25", ha explicado el doctor Amador García, de la unidad de cirugía digestiva de Bellvitge.
Desde el mes de enero, el Hospital de Bellvitge utiliza un sistema quirúrgico robotizado para la realización de este tipo de intervenciones y se ha convertido en el primer centro del mundo en realizar la plicación gástrica mediante cirugía robótica.
Según el doctor Amador García, la utilización del robot --mucho más preciso que la mano humana-- "ha reducido el dolor postoperatorio y ha acelerado la recuperación del enfermo, que pasa de estar cinco días en el hospital a tres días".
El Hospital de Bellvitge ha dado a conocer estos datos en el marco del VIII Curso Internacional de Cirugía Laparoscópica Bariátrica y Metabólica que se celebra en este centro los días 2 y 3 de mayo, que reúne a expertos internacionales en cirugía de la obesidad e incluye la realización de cirugías en directo.
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