miércoles, 19 de octubre de 2011

La presión arterial alta al principio del embarazo aumenta el riesgo de defectos en el recién nacido

INDEPENDIENTEMENTE DE LA MEDICACIÓN

Las mujeres con presión arterial alta, es decir con hipertensión, en las primeras etapas del embarazo son más propensas a tener bebés con defectos de nacimiento, independientemente de los medicamentos que tomen para tratar esta condición, según un nuevo estudio publicado en el 'British Medical Journal'. El hallazgo sugiere que es la hipertensión subyacente, más que el uso de fármacos antihipertensivos durante el embarazo temprano, la que aumenta el riesgo de defectos en el recién nacido.

Los inhibidores de la enzima conversora de angiotensina (IECA) son un tipo de medicación antihipertensiva, comúnmente prescrita para hacer frente a la hipertensión; ya se conocía su efecto tóxico en los fetos durante el segundo o tercer trimestre, pero sus efectos durante el primer trimestre todavía no estaban claros. Así, un equipo de investigadores dirigidos por el doctor De-Kun Li, del Instituto de Investigación Kaiser, en California (Estados Unidos), se dedicó a analizar el efecto del uso de inhibidores de la ECA durante el primer trimestre de embarazo, y sus defectos en el nacimiento.

Se estudiaron los datos de 465.754 parejas, de madre e hijo, del norte de California entre 1995 y 2008. La información también incluía los medicamentos que habían sido prescritos y dispensados a estas mujeres durante el embarazo.

El análisis mostró que las embarazadas que usaron inhibidores de la ECA en el primer trimestre eran más propensas a tener bebés con algún tipo de defecto de nacimiento, en comparación con las mujeres que no tenían hipertensión o que no habían usado ningún tipo de medicación antihipertensiva. Sin embargo, un elevado riesgo similar se encontró entre las mujeres que utilizaron otros fármacos antihipertensivos, y en las personas con hipertensión que no tomaron ningún medicamento antihipertensivo.

Los investigadores concluyen afirmando que "nuestros hallazgos sugieren que es probable que la hipertensión subyacente, y no el uso de fármacos antihipertensivos, durante el primer trimestre, aumente el riesgo de defectos congénitos en los hijos".

En la editorial que acompaña al artículo, el profesor Allen Mitchell de la Universidad de Boston (EEUU), añade que, sobre la base de los estudios disponibles, parece razonable concluir que la exposición durante el primer trimestre a los inhibidores de la ECA no representa un riesgo mayor de defectos congénitos de nacimiento, y que es la hipertensión subyacente la que pone al feto en riesgo.

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