martes, 17 de enero de 2012

La percepción de los alimentos mejora si se sirven con cubierto de plata, según estudio

'JOURNAL OF SENSORY STUDIES Y FOOD QUALITY AND PREFERENCE'

La Universidad Politécnica de Valencia, junto con la Universidad de Oxford y el King's College de Londres, en Reino Unido, han realizado una investigación en la que se observa que la percepción de los alimentos puede mejorar o empeorar dependiendo del cubierto y la vajilla que le acompaña.

"El hecho de que una cuchara sea de metal o de plástico nos transmite una sensación, ya que cada material tiene unas connotaciones que hemos adquirido con el tiempo", ha asegurado a la plataforma de información científica SINC, una de las investigadoras, la doctora Betina Piqueras Fiszman.

Así, añade, "las cucharas de plástico las asociamos a alimentos y momentos de consumo rápido, mientras que lo contrario ocurre con la cubertería de plata". Entre otro ejemplos, se observó que el postre servido en platos blancos fue percibido más dulce.

El estudio, publicado recientemente en el 'Journal of Sensory Studies y Food Quality and Preference', ha analizado en tres trabajos cómo nos afectan ciertos factores externos. En el primer estudio observaron qué comida sabe mejor o peor, en el segundo se comprobó cómo distintos metales afectan al sabor de distintas muestras de cremas, y, finalmente, estudiaron cómo influía el color de plato.

Piqueras recuerda que "las asociaciones de los cubiertos relacionadas con la calidad de los alimentos y con el momento en que los usamos no habían sido exploradas en profundidad".

En el primer trabajo se dio a probar el mismo plato (yogur de vainilla) a un grupo muestra con una cuchara de metal y otra de plástico con acabado metálico. Aquí, quedo patente que, pese a ser el mismo producto, se pensaba que la muestra con la cuchara de metal era de calidad.

En un segundo estudio, se utilizaron cuatro tipos de cucharas: una de acero inoxidable, y otras tres bañadas en oro, cinc, y cobre. Se dio a probar a los participantes cinco cremas: una amarga, otra ácida, otra dulce, otra salada y otra neutra, con cada una de las cucharas.

"Tras analizar los resultados, descubrimos que cada cuchara afectaba en mayor o menor medida la percepción del sabor de cada crema, algunas incrementando la intensidad del sabor dominante de las cremas. Por ejemplo, las cucharas bañadas en zinc y cobre, además de transferir un sabor algo amargo y metálico, realzaban el sabor dominante. Contrariamente a nuestras expectativas, su gusto metálico no influyó en la percepción del consumidor", explica Piqueras.

Finalmente, el tercer estudio, realizado con la colaboración den la Fundación Alicia (Barcelona), los investigadores demostraron que el color del plato puede afectar cómo se percibe. "Simplemente evaluamos la misma mousse de fresa en platos blancos o negros", apunta Betina Piqueras, quien señala que se evaluó la intensidad del sabor, calidad y agrado.

"Los resultados demostraron que la mousse servida en platos blancos fue percibida significativamente más dulce, más intensa de sabor, y gustó más. Explicamos los resultados en base a una serie de ilusiones ópticas de contraste. El blanco del fondo puede que afecte a la percepción del color de la mousse, haciéndola parecer de un rosa más intenso, de ahí que la gente la perciba como más intensa en sabor, y consecuentemente, gustara más, en comparación al fondo oscuro", concluye Piqueras.

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