Por tanto, asegura en una entrevista a Rompecabezas Médicos, que "no existen las 'dietas milagro'". Desafortunadamente, añade, "cuando las personas están desesperadas por el incremento de peso, suelen buscar soluciones desesperadas como las 'dietas milagro', que generan una reducción de peso general pero que, rápidamente, favorecen un 'efecto rebote' con la consecuente recuperación del peso perdido y, si cabe, con una mayor acumulación de grasa en el cuerpo".
Este tipo de dietas, que aparecieron en EEUU hace 20 años, como consecuencia de la epidemia de obesidad, promueven "habitualmente" una pérdida rápida de agua que, por otra parte, se recupera también muy pronto. Sears advierte de que este tipo de dietas tan de moda ahora en países como México, España y en latinoamercia, donde han aumentado la población con problemas de sobrepeso, fracasaron en EEUU y, apunta, "fracasarán en estos paices".
A su juicio, el principal problema nutricional que existe hoy en día es "el incremento de la inflamación celular provocada" por el exceso de consumo de ácidos grasos Omega-6, aportados principalmente por los aceites vegetales y los carbohidratos refinados, que "aumentan la secreción de insulina". "Cuando los niveles elevados de ácidos grasos Omega-6 interactúan con la insulina el resultado es el aumento de la inflamación celular que provoca el aumento de peso, evita perder peso y acelera el desarrollo de enfermedades crónicas", explica.
Asimismo, señala que una dieta saludable debe ser aquella que tenga un aporte adecuado en proteínas para prevenir la pérdida de músculo, rica en carbohidratos de frutas y verduras, "para prevenir la sobre-producción de insulina" y baja en grasas saturadas Omega-6 que "incrementan la inflamación celular", pero con niveles adecuados de grasas Omega-3 para reducir la inflamación celular.
Para este experto internacional en nutrición, y creador de la 'Dieta de la Zona', "a no ser que se deje de poner leña en el fuego de la grasa, no se consigue una pérdida de peso que se mantenga en el tiempo". Y para ello, recuerda, "es esencial que los pacientes entiendan que la pérdida de grasa es un proceso lento".
LO MEJOR: UNA DIETA FÁCIL DE SEGUIR
A la hora de mantener el peso perdido, recomienda un sistema dietético que sea "fácil de seguir", de modo que "cualquier cosa que se haga para perder grasa pueda seguir haciéndose el resto de la vida". "Esto sólo es posible si la persona no está nunca hambrienta entre comidas y esta es precisamente una de las características de la Dieta de la Zona, gracias a que equilibra las hormonas que controlan la sensación de hambre", añade.
En líneas generales, se trata de volver a aprender a comer y, advierte, es posible reeducar en la alimentación a todo el mundo ya que, afirma, "tan solo es una cuestión de desarrollar nuevos hábitos con una razón poderosa que motive para su mantenimiento". "Y la mejor motivación que se puede encontrar en la pérdida de peso es ganar en calidad de vida", apunta.
En el caso contrario, destaca la aparición de la 'tormenta nutricional perfecta' que, según explica Sears, es aquella que "se produce cuando coincide el aumento de consumo de grasas Omega-6 y carbohidratos refinados (aumentan la inflamación), con el descenso de la ingesta de grasas Omega-3 (reducen la inflamación)".
"Y es precisamente esta inflamación celular en las células de la grasa --explica-- lo que provoca el incremento de grasa que eventualmente lleva al desarrollo de diabetes, enfermedades cardiovasculares y Alzheimer en edades más tempranas. La combinación de estos componentes dietéticos necesarios para la aparición de esta 'tormenta nutricional perfecta' se dieron primero en los EEUU hace cuarenta años y actualmente están empezando a aparecer en España y México y en el resto de Europa".
Este experto recomienda seguir dietas basadas en el concepto del equilibrio hormonal necesario para reducir la inflamación celular y mantenerla bajo control para toda la vida, y, explica, este el objetivo de la 'Dieta de la Zona'.
"Para conseguirlo, se necesita una dieta cuyo pilar sea la moderación: debe ser moderada en proteínas, moderada en carbohidratos y moderada en grasas. Cuando alguno de estos elementos es demasiado alto o bajo, la consecuencia son disfunciones hormonales que pueden conducir a una inflamación celular. El incremento rápido de la ingesta de Omega-6 en la dieta actual de la mayoría de la población ha acelerado este proceso de desequilibrio hormonal", concluye.
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