Los resultados del estudio, que se publica en la edición digital de la revista 'Nature Neuroscience', muestran que la asociación entre un sonido neutral y un resultado desagradable podría hacer más difícil distinguir entre sonidos similares.
Este descubrimiento sugiere una posible razón por la que los individuos con desorden de estrés postraumático a menudo reaccionan reflexivamente a estímulos inocuos que son similares a aquellos que han asociado con resultados indeseables en el pasado.
Los investigadores, dirigidos por Rony Paz, incluyeron en su estudio a personas que escuchaban un tono de frecuencia específico emparejado con un olor. Cuando el olor era indeseable, los participantes eran muy buenos diferenciando ese tono de otros similares.
Sin embargo, los autores descubrieron que cuando un tono se empareja con un olor desagradable, las personas se vuelven mucho peores en la discriminación del tono de otros similares.
El efecto seguía observándose cuando los tonos eran emparejados con otros sonidos, en vez de olores, y persistía el día siguiente al entrenamiento.
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