En concreto, la inestabilidad en la relación de los padres cuando los niños tenían 9 meses predecía las dificultades para quedarse dormidos y dormir bien cuando los niños tenían 18 años.
Los investigadores evaluaron la relación entre la inestabilidad marital, por ejemplo, padres que se están planteando el divorcio, y los problemas de sueño de los niños como dificultades para quedarse dormidos o mantenerse en este estado. El estudio se basó, en parte, en la posibilidad de cambios en los sistemas cerebrales implicados en cómo los niños desarrollan y regulan sus patrones de sueño refleja el impacto del estrés de la familia sobre los niños.
Los autores analizaron a más de 350 familias comenzando cuando los niños tenían 9 meses y finalizando cuando éstos tenían 18 meses. Los investigadores eligieron estudiar familias adoptivas para descartar la posibilidad de que los vínculos entre las conductas de los padres y el sueño de los niños se debiera a los genes compartidos, ya que estudios previos en este sentido habían analizado a familias con parentesco biológico.
Los investigadores descubrieron que la inestabilidad marital cuando los niños tenían 9 meses de edad predecía incrementos en los problemas de sueño de los niños cuando éstos tenían 18 meses. El hallazgo se mantuvo incluso después de tener en cuenta factores como los temperamentos difíciles de los niños, los niveles de ansiedad de los padres o el orden de nacimiento. Pero los investigadores también descubrieron que lo inverso no era cierto, es decir, que los problemas de sueño de los niños no predecían la inestabilidad marital.
"Nuestros descubrimientos sugieren que los efectos de la inestabilidad marital sobre los problemas de sueño de los niños aparecen antes en el desarrollo de lo que se había demostrado con anterioridad", señala Anne M. Mannering, del Centro de Aprendizaje Social de Oregón en Estados Unidos. "Los padres deberían ser conscientes de que el estrés marital podría afectar al bienestar de sus hijos incluso en sus dos primeros años de vida", concluye.
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