Los participantes tenían 65 años o más y no estaban recibiendo diálisis. Estas personas completaron un cuestionario que medía los síntomas depresivos y una amplia variedad de medidas médicas, incluyendo la tasa de filtración glomerular estimada (Eger) y los factores de riesgo de las enfermedades renal y cardiaca. Los investigadores examinaron si la depresión predecía el inicio de la enfermedad renal u otros problemas médicos en los que los riñones jugaran un papel clave.
Los resultados mostraron que la depresión coincidía con la presencia de enfermedad renal crónica (ERC) y era un 20 por ciento más común en los individuos con enfermedad renal que en aquellos que no la padecían. El estudio muestra que la depresión predecía un declive rápido posterior en el funcionamiento renal, el inicio de enfermedad renal grave y hospitalizaciones por complicaciones agudas de lesiones renales.
Según explica Willem Kop, responsable del estudio, "las personas con síntomas depresivos elevados tienen un mayor riesgo de procesos de enfermedad renal graves. Esto se explica parcialmente por otros factores médicos relacionados con la depresión y la enfermedad renal. Pero, la asociación con la depresión fue más fuerte en pacientes que de otra manera estarían sanos en comparación con aquellos que tenían trastornos médicos coexistentes como la diabetes o la enfermedad cardiaca".
En la actualidad los investigadores están analizando qué factores podrían explicar la asociación con la depresión, que podrían incluir un retraso en la búsqueda de atención médica y falta de comunicación entre pacientes y médicos, así como los procesos biológicos importantes asociados con la depresión, como los sistemas inmune y nervioso.
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