Este novedoso hallazgo, que publica en su último número la revista 'Science', representa un "avance espectacular" en el camino por encontrar una cura para este trastorno neurodegenerativo, que afecta a más de 5,4 millones de personas sólo en Estados Unidos.
El Alzheimer se origina en muchos casos cuando el organismo se muestra incapaz de eliminar del cerebro una proteína beta amiloide, producida de forma natural.
En 2008, el neurocientífico de la Case Western Reserve Gary Landreth descubrió que el principal portador de colesterol en el cerebro, la apolipoproteína E (ApoE), facilita la liquidación de las proteínas beta-amiloide.
Por ello, y dado que el bexaroteno actúa estimulando los receptores retinoides X (RXR, en sus siglas en inglés) --encargados de controlar la producción de la ApoE--, Landreth y su equipo decidieron probar este fármaco para aumentar los niveles de dicha proteína en el cerebro y reducir las placas beta amiloides.
El estudio se realizó en ratones y lo "sorprendente", según los autores, ha sido la rapidez con la que el bexaroteno mejoró el déficit de memoria y de comportamiento, consiguiendo revertir la propia enfermedad.
De hecho, seis horas después de la administración de este fármaco, los niveles de beta amiloide se redujeron en un 25 por ciento, y el efecto duró hasta tres días.
Un ejemplo de la mejora conductual conseguida sería la mejora del instinto de anidamiento típico de los roedores utilizados en el estudio. Cuando los ratones enfermos de Alzheimer encontraban el material adecuado para la anidación --en este caso, un pañuelo de papel-- no hacían nada para crear un espacio para anidar, lo que muestra que habían perdido este instinto.
MEJORAS EN 72 HORAS
Sin embargo, tan sólo 72 horas después de iniciar el tratamiento con bexaroteno, los ratones comenzaron a utilizar el papel para hacer los nidos. Asimismo, el uso de este fármaco también mejoró la capacidad de los ratones para detectar y responder a los olores.
El tratamiento de bexaroteno también mostró una rápida respuesta para estimular la eliminación de las placas amiloides del cerebro. En concreto, los investigadores encontraron que más de la mitad de las placas se habían limpiado en 72 horas.
Es como si el bexaroteno reprogramara las células inmunes del cerebro para "comerse" los depósitos de amiloide, reconoce el doctor Landreth, lo que permite revertir las características patológicas de la enfermedad en ratones.
Este experto ha reconocido que los efectos mostrados son "prometedores" ya que también ha demostrado una buena seguridad y un buen perfil de efectos secundarios.
De hecho, asegura que su próximo objetivo es saber si el fármaco actúa de forma similar en humanos. "Tenemos que ser claros, estamos en una fase inicial de este descubrimiento".
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