Algunas pastillas para dormir aumentan en más de cuatro veces el riesgo de muerte prematura, incluso entre aquellos que toman menos de 18 dosis al año, según una investigación publicada en el 'British Medical Journal'. Además, estos medicamentos también han sido asociados con un riesgo significativamente mayor de cáncer entre los que lo toman en altas dosis.
Durante 2010, entre 1 de cada 20, y 1 de cada 10 adultos, tomaron pastillas para dormir en los Estados Unidos, afirman los autores del estudio, que evaluaron la supervivencia de más de 10.500 personas con una serie de condiciones subyacentes, a las que se les prescribió una serie de pastillas para dormir durante un promedio de 2,5 años, entre 2002 y 2007.
Los fármacos incluyeron benzodiacepinas, como el temazepam; no benzodiacepinas, como el zolpidem, la eszopiclon y el zaleplon; y barbitúricos y antihistamínicos sedantes. La supervivencia de estos pacientes, cuya edad promedio era de 54 años, se comparó con la de más de 23.500 personas de la misma edad, sexo, estilo de vida y problemas de salud subyacentes, que no habían tomado pastillas para dormir durante el mismo período.
Después de considerar los factores que pueden influir en los resultados, incluyendo la edad, el sexo, el peso, el estilo de vida, el origen étnico, y el cáncer diagnosticado previamente, los resultados apuntan a un vínculo entre estos medicamentos y un mayor riesgo de muerte, incluso en dosis relativamente bajas.
Las personas que tomaron hasta 18 dosis al año tenían 3,5 veces más probabilidades de morir, mientras que las que tomaron entre 18 y 132 dosis tuvieron un riesgo cuatro veces mayor de mortalidad. Aquellos que tomaron la mayor cantidad de dosis (más de 132 en un año) tuvieron cinco veces más probabilidades de morir, lo que indica que el nivel de riesgo se elevó en conjunto con dosis cada vez mayores. Estas asociaciones se encontraron en todos los grupos de edad, pero fueron mayores en las personas de entre 18 y 55 años.
El material complementario, publicado junto al documento, muestra que, aunque el número total de muertes en cada grupo fue reducido, hubo claras diferencias entre ellos. Por ejemplo, hubo 265 muertes entre las 4.336 personas que tomaban zolpidem, en comparación con las 295 muertes entre las 23.671 personas que no habían tomado sedantes o pastillas para dormir. Además, los que tomaron el mayor número de dosis también estaban en mayor riesgo de desarrollar varios tipos de cáncer.
Los autores señalan que los estudios que muestran asociación no prueban, necesariamente, causa y efecto. Sin embargo, sus hallazgos y las investigaciones anteriores muestran un mayor riesgo de muerte entre los consumidores de pastillas para dormir.
Los investigadores creen que se debe reconsiderar el uso de hipnóticos a corto plazo, ya que la aprobación calificada por el Instituto Nacional para la Salud y la Excelencia Clínica puede no ser lo suficientemente segura.
La editora jefe del 'British Medical Journal', la doctora Trish Groves, añade que, "aunque los autores no han sido capaces de probar que las píldoras para dormir causen la muerte prematura, sus análisis han descartado una amplia gama de factores causales posibles para estos resultados, que plantean problemas importantes, y dudas sobre la seguridad de los sedantes y pastillas para dormir".
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