Así lo han descubierto un equipo de investigadores de la University of Maryland liderado por Marlene y Stewart Greenebaum, según publica la revista especializada 'Cancer Prevention Research'.
Los diabéticos tipo II tienen un riesgo de desarrollar cáncer de hígado primario entre dos y tres veces mayor. También corren este peligro las personas obesas, quienes tienen hepatitis o hepatopatía grasa no alcohólica (NAFLD).
La metformina, que se deriva de la lila francesa, se usa para tratar la NAFLD así como la diabetes. En la actualidad, se estudia en conexión con la prevención de diversos cánceres, pero este estudio preclínico de la University of Maryland es el primero que se centra en el cáncer de hígado.
Según su autor principal, Geoffrey D. Girnun, profesor adjunto de Bioquímica y Biología Molecular en la University of Maryland School of Medicine, "esta investigación ha demostrado que la metformina previene el cáncer de hígado primario en modelos animales".
"Los ratones tratados con metformina tuvieron tumores significativamente más pequeños y un menor número que aquellos que no recibieron la medicación", apunta Girnun, investigador del University of Maryland Greenebaum Cancer Center.
"En base a estos decubrimientos, creemos que la metformina debería ser evaluada como un agente preventivo en personas de alto riesgo. Muchos pacientes con diabetes ya están tomando esta medicación, con menos efectos secundarios", añade.
A su juicio, "hay muchos estudios epidemiológicos retrospectivos que vinculan la metformina con un menor riesgo de cáncer de hígado", pero ha sido este último estudio "el primero en evaluar formalmente si la metformina puede proteger frente la carcinogénesis, no sólo del crecimiento del tumor y su desarrollos, sino la formación del tumor en el hígado", concluye.
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