Estudio realizado con animales modificados genéticamente
El sistema nervioso y el estrés tienen funciones diferentes en el desarrollo de enfermedades metabólicas y obesidad en función de la dieta habitual de los individuos, según ha mostrado un estudio con animales modificados genéticamente realizado por el Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y el Centro de Investigación del Cáncer.
Así, la investigación, publicada en la revista 'Cell Metabolism', ha desvelado que en individuos con dieta sana, el estrés y la hiperestimulación nerviosa favorecen el desarrollo de hígado graso, la diabetes tipo 2 y otros problemas relacionados como la hiperglucemia, hiperinsulinemia y la hiperlipidemia. En cambio, en individuos con dieta grasa, su papel es protector, evitando que surjan estas enfermedades e, incluso, la obesidad.
Los resultados también han permitido descartar de manera inequívoca que la presión arterial alta contribuya de manera directa al desarrollo de la diabetes de tipo 2 como se postulaba en algún estudio previo. De hecho, predice que terapias dirigidas contra la rama del sistema nervioso que determina la reacción del organismo al estrés podrían ser de interés para tratar pacientes con síndrome metabólico que no sean obesos.
En cambio, esas terapias pasarían a tener efectos perniciosos en caso de ser administradas a pacientes obesos. "Cuando vimos la disparidad de datos clínicos existentes sobre las interconexiones entre estrés, síndrome metabólico, obesidad y dieta, nos dimos cuenta de que teníamos el animal modelo ideal para resolver las polémicas existentes en este campo", ha comentado el profesor de investigación del CSIC que trabaja en el Centro de Investigación del Cáncer de Salamanca, un centro mixto del CSIC y la Universidad de Salamanca, Xosé Bustelo.
Durante estudios previos, este equipo había desarrollado un ratón modificado genéticamente para estudiar el posible papel terapéutico de la oncoproteína Vav3 en cáncer y otras patologías. Cuando estos ratones fueron analizados, el grupo pudo comprobar que tenían una alteración desde su nacimiento que hacía que tuviesen continuamente activado el sistema nervioso relacionado con el estrés.
"Esto nos dio la idea de utilizarlos para solventar todas las preguntas relacionadas con la acción del estrés sobre enfermedades metabólicas", ha comentado el investigador del Centro de Investigación del Cáncer y primer firmante del artículo de investigación, Mauricio Menacho-Márquez.
En efecto, han recalcado los expertos, estos ratones han dan un modelo único para estudiar cómo el estrés contribuía a largo plazo al desarrollo o prevención de dichas enfermedades metabólicas, algo que nunca se pudo abordar con pacientes humanos.
"El seguimiento periódico de estos ratones desde su nacimiento hasta una edad equivalente a la que tendrían personas con 80 años nos daba una oportunidad única de ver los efectos a largo plazo del estrés y, además, ver cómo éstos variaban en función de la dieta, la edad o la administración de diversos tipos de fármacos", ha añadido Bustelo.
Además, el hecho de que los animales tenían un componente genético homogéneo y condiciones ambientales idénticas les ha permitido establecer correlaciones directas entre las condiciones experimentales y la evolución de la enfermedad y, por tanto, establecer inequívocamente causas y efectos.
En la investigación también han participado los laboratorios de los doctores Rubén Nogueiras y Carlos Diéguez, dos investigadores gallegos que trabajan en el Centro de Investigación en Medicina Molecular y Enfermedades Crónicas (CIMUS) de la Universidad de Santiago de Compostela.
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