RECOMIENDAN UNA BUENA HIDRATACIÓN
El cansancio, la fatiga, el aumento de la temperatura corporal o la pérdida de sudoración son los primeros síntomas de estar sufriendo un golpe de calor y hacen que el cuerpo no regule bien la temperatura corporal pudiendo desembocar en problemas más importantes. Este año nos espera uno de los veranos más calurosos y, por ello, los especialistas advierten de que se debe estar preparado para prevenir posibles golpes de calor.
"Las señales de peligro son variadas. Cuando aumenta la temperatura --que puede llegar a 40 o 41 grados--, se produce una pérdida de sudoración que afecta a los órganos internos; notamos somnolencia e incluso se podría llegar al coma y en algún caso a la muerte", ha explicado a Europa Press TV el médico de atención primaria, Francisco Olmos.
El doctor Olmos ha aconsejado para prevenirlo "evitar las fases más calurosas de la jornada, sobre todo al mediodía (desde las 10.00 a las 18.00 horas), evitar la exposición directa al sol, intentar cubrirse con sombreros, ropa holgada y de color claro --que rechaza los rayos luminosos--, usar protección solar y no realizar actividad física intensa".
Las personas mayores, los más pequeños y aquellos pacientes con enfermedades crónicas como diabetes, obesidad, tensión alta, enfermedades cardiovasculares o respiratorias son más proclives a sufrir un golpe de calor, por lo que han de tener especial cuidado y, además de respetar las normas generales para evitar sufrirlo, deben intentar "estar bien hidratados".
"Tienen que procurar estar bien hidratados porque muchos de ellos incluso necesitan líquidos incluso sin tener sed. Han de tomar, por tanto, bastante líquido y no exponerse al sol", explicó el doctor Olmos.
Hay que evitar bebidas alcohólicas y café porque producen "un aumento del gasto energético que es perjudicial", pero los zumos, agua y cualquier líquido refrescante son muy buenos para tener una buena hidratación.
La víctima que ha sufrido un golpe de calor debe ser auxiliada trasladándola rápidamente a una zona sombría, evitando la exposición solar. "Hay que refrescar al enfermo o a la persona que lo ha sufrido, si tenemos líquido dárselo y refrescarle con agua por la zona externa del cuerpo", recordó.
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