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jueves, 23 de octubre de 2014

1 de cada 4 mensajes sobre salud de los libros de texto no se basa en evidencias científicas

Unidad de Gestión del Conocimiento del Hospital de Baza

Casi uno de cada cuatro mensajes sobre salud que recogen los libros de texto "no se basa en evidencias científicas", plasmando mensajes del tipo 'respirar por la nariz en lugar de por la boca evita resfriados'.
Revela un estudio realizado por la Unidad de Gestión del Conocimiento del Hospital de Baza (Granada).
La investigadora del Hospital de Baza y autora principal del estudio, Inés Barrio, ha explicado que se analizaron un total de 844 mensajes de salud en libros de texto de educación de primaria y secundaria "para identificar el nivel de evidencia científica en el que se basan estos textos".
Tras dicho sondeo, prosigue la autora, "los clasificamos en tres categorías: mensajes con nivel alto, medio o bajo de evidencia; mensajes con un nivel desconocido de evidencia, o mensajes con ninguna evidencia conocida".
El estudio recopiló la información entre el 1 de marzo de 2006 y el 1 de junio 2007 a partir de los libros de texto vigentes en la ciudad de Granada.
Los textos escritos en idiomas distintos del español, las guías para el profesor y los libros que no contienen mensajes relacionados con la salud fueron excluidos.
"Hicimos una tabla para clasificar los mensajes y registramos los datos relativos al año y la materia del libro de texto", que identificaron hasta 237 libros y revisaron de forma manual 129 "que cumplían los requisitos anteriormente establecidos". Utilizaron 80 como muestra.
Del total de libros de la muestra, el 73,7% (59 libros) eran de primaria y contenían 548 mensajes. El número medio de mensajes por libro ascendió a 10,6 y las concentraciones más altas de contenidos de salud se encontraron en el tercer año de secundaria (37%) y, por materia, en la asignatura de Biología y Geología (32,5%).
Del total de los 844 mensajes estudiados, el 61% se clasificaron con un nivel desconocido de evidencia, con informaciones tales como 'los niños no deben cocinar sin ayuda de un adulto para evitar accidentes domésticos' y el 15% correspondía a la categoría en la que se conoce el nivel de certeza científica.
Un 24,6% no manifestaba ninguna evidencia conocida, con enunciados como 'respirar por la nariz en lugar de por la boca evita resfriados' o 'después de comer no nades, el proceso digestivo puede alterarse y puedes sufrir un corte de digestión'.
De los contenidos en los que se tenía conocimiento del nivel de evidencia, el 6% se clasificaron con un alto nivel de evidencia, como la afirmación 'el cepillado dental en niños debe usar pasta con flúor'; y el 7,7% con bajo grado, como 'el consumo de alcohol provoca malnutrición y afectación del tubo digestivo'.

Además, dos mensajes iban en contra de la realidad científica con los enunciados 'Ante una lesión muscular siempre hay que guardar reposo' y 'hay que desinfectar las heridas con agua oxigenada'.
Los más rigurosos, los mensajes de salud bucal
Por temas, más del 70 por ciento de los mensajes relacionados con 'dietas equilibradas y malnutrición', 'higiene de los alimentos', 'tabaco', 'comportamiento sexual y el SIDA' y 'descanso y ergonomía'.
Se basaban en un nivel desconocido de evidencia. Así, 'la salud bucal' registra el mayor porcentaje de mensajes basados en un alto nivel de certeza (37,5%), seguido del 'embarazo y los bebés recién nacidos' (35%).
"Nuestros resultados sugieren la necesidad de establecer estándares que indiquen a profesores o editores de libros de texto escolares cómo seleccionar los mensajes de salud. Esto facilitaría la adquisición de conocimientos veraces sobre esta materia en los escolares", ha concluido al respecto Barrio.

¿Adelgazar? Sí, pero de forma sana...

La reflexión del médico



El tratamiento de la obesidad mediante la utilización de dietas para reducir el peso corporal requiere planificar la pérdida de peso de forma paulatina y progresiva, sin perder de vista que el aporte de nutrientes proporcionado por la dieta debe ser equilibrado.
Además, la utilización de dietas para adelgazar deberá ir acompañada de otras medidas como la realización de un nivel adecuado de ejercicio físico para contribuir a quemar el número apropiado de las calorías que ingerimos, evitando de este modo el sedentarismo, tan peligroso para la salud.
Normalmente el peso adecuado de una persona se valora mediante la fórmula del índice de masa corporal, índice que relativiza el peso en función de la estatura, y se calcula mediante la fórmula:
Índice de masa corporal (IMC) = peso (en kg) dividido por la estatura (en metros) elevada al cuadrado
IMC = peso / estatura2
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) el IMC debe oscilar entre 18 y 25. Si el IMC se encuentra entre 25 y 30 se habla depreobesidad, un IMC entre 30 y 35 corresponde a una obesidad tipo I, entre 35 y 40 corresponde a una obesidad tipo II y si es superior a 40 se habla de obesidad tipo III.
En líneas generales, una dieta para adelgazar, además de ser equilibrada debe contener pocas grasas y poco azúcar.
Es preferible realizar varias comidas a lo largo del día de menor cantidad, por ejemplo, desayuno, almuerzo, comida, merienda y cena, que realizar menos comidas de mayor cantidad, debido a que en el segundo caso el organismo piensa que va a recibir poco alimento y transforma los nutrientes en grasas de reserva, algo que favorece el aumento de peso.
Es importante también comer de forma regular, siempre a la misma hora y distribuyendo de forma uniforme la comida a lo largo del día, evitando periodos de ayuno largos y comidas copiosas compensadoras.
Es recomendable dar un mayor peso al consumo de frutas y verduras y un menor peso a las carnes grasas, fritos o alimentos hipercalóricos.
Es preferible utilizar salsas bajas en calorías, leches desnatadas y aceite de oliva. Igualmente, es preferible beber agua a beber refrescos y bebidas azucaradas.
Existen numerosas dietas  y menús en los que viene ya determinado el número de calorías. El tipo de dieta y las calorías precisas es algo que varía de un paciente a otro y dentro del mismo paciente varía de un momento o situación a otro distinto.
Plantearse en serio perder peso en caso de padecer obesidad es algo que merece la pena de cara a prevenir enfermedades cardiovasculares y osteoarticulares en el futuro.
Finalmente, conviene saber que en ocasiones el sobrepeso debido a una ingesta excesiva de alimentos puede tener como causa de fondo unproblema psicológico, por ejemplo, la ansiedad. En estos casos es recomendable buscar ayuda por parte de un psicoterapeuta que nos facilite tratar la causa o el conflicto psicológico subyacente, algo que facilitará en gran medida la resolución definitiva del problema de sobrepeso.
La información proporcionada en este artículo tiene un carácter puramente informativo y orientativo. El tratamiento médico, los aportes calóricos y las recomendaciones dietéticas particulares de cada persona deberán ser tratados de forma individualizada por un médico.

miércoles, 15 de octubre de 2014

Envejecer bien

Cumplir años cobra cada día mayor importancia, debido a diferentes razones:

· Desde el punto de vista personal los procesos involutivos son percibidos subjetivamente como algo incómodo, dado que el deseo natural de cualquier persona es vivir eternamente; cumplir años, sobre todo a partir de ciertas edades, es acercarse al final de la vida, algo contra lo que todos luchamos.
· Desde un punto de vista económico, una sociedad constituida única o mayoritariamente por personas mayores es apenas sostenible, dado que aumentan, entre otros, los gastos por salud y los gastos sociales, y simultaneamente, disminuyen los ingresos y la productividad, dado que muchos de los sujetos se hacen pasivos (se jubilan). Al final las cuentas no cuadran y se producen grandes desequilibrios.
· Desde un punto de vista social el papel de las personas mayores ha cambiado en nuestra sociedad. Hasta hace pocos siglos, las personas mayores disfrutaban de un reconocimiento social y de un estatus protegido por la sociedad, siendo muy valorada la experiencia aportada por ellos.
Hoy en día, en un mundo rápidamente cambiante y donde los valores tácticos con frecuencia cobran prioridad sobre los estratégicos y donde lo práctico prima sobre lo ético, el papel y el reconocimiento de los mayores ha sido seriamente degradado y se ha visto menoscabado.
Por ello, envejecer es un proceso que trasciende a lo meramente personal, se trata de un proceso con múltiples variables: personales, profesionales, sociales y económicas.
Desde un punto de vista físico y psicológico, el proceso de envejecimiento dependerá en gran medida de aspectos hereditarios y también del tipo de vida que hayamos realizado y del que realicemos los años que nos quedan por vivir.
No es lo mismo una vida en la que se ha crecido con un equilibrio en la alimentación y en el estilo de vida, evitando factores de riesgo para la salud como el consumo de tabaco, el abuso de bebidas alcohólicas u otras sustancias perjudiciales para la salud, que una vida llena de excesos y desequilibrios.
Al llegar a cierta edad es recomendable ajustar ciertas costumbres y hábitos a las nuevas necesidades.
Por regla general, al entrar en años se consumen menos calorías, por lo que normalmente es recomendable a su vez, comer menor cantidad de alimento, y hacerlo de forma equilibrada, evitando el consumo de alimentos grasos y productos ricos en azúcar, como la bollería, dando mayor peso específico en la dieta a frutas y verduras y productos ricos enfibra.
Realizar ejercicio adecuado a las necesidades personales es igualmente recomendable, del mismo modo que mantenerse activo intelectualmente, para prevenir o ralentizar el deterioro de funciones cognitivas tan importantes como la memoria, la capacidad de atención o la concentración.
En situaciones especiales, particularmente en el caso de enfermedades neurodegenerativas como la enfermedad de Alzheimer, la enfermedad de Parkinson, etc., será preciso realizar un esfuerzo más intenso en este plano, proporcionando al pacienterehabilitación física mediante fisioterapia, logopedia, rehabilitación neuropsicológica para el entrenamiento de las capacidades cognitivas y rehabilitación funcional para entrenar actividades como el vestido, contar monedas, atender el teléfono, etc.
En situaciones en las que la vida llega a su fin, deberá valorarse si en ese momento tan delicado deseamos permanecer rodeados de aparatos electrónicos, sometidos a procedimientos de reanimación o de exploración que en ocasiones resultan verdaderamente molestos e ineficaces o bien, preferimos asumir la situación y despedirnos de aquéllos a los que amamos en un entorno más humano, en nuestro propio hogar y bajo la supervisión de profesionales más cercanos a nuestras necesidades reales, como el médico de familia.
Desde un punto de vista social y económico es preciso devolver a los mayores el papel que les corresponde en la sociedad y que les ha sido arrebatado, algo que no se conseguirá si la sociedad no cambia algunos de sus principios actuales, dando mayor peso específico a aspectos estratégicos y dando prioridad a principios éticos sobre valores pragmáticos.
Por otro lado se debe facilitar que la pirámide poblacional sea equilibrada, evitando su envejecimiento, para lo cual habrá que adoptar medidas sociales para estimular, por ejemplo, la natalidad, dado que una sociedad envejecida no tiene futuro y no puede garantizar una vida digna a sus mayores, por falta de recursos económicos.
Por último, se debe continuar en la senda abierta de progresos en favor de la mujer, evitando su discriminación, y favoreciendo su equiparación al hombre en igualdad de condiciones en todos los aspectos, familiar, laboral y social, también en esta última fase de la vida.
 Escrito por Daniel Gabriel ...,

Adicción al dulce, control del consumo de azúcar

El consumo de azúcar se relaciona con el aumento de enfermedades como la obesidad o la diabetes mellitus

La revista 'Nature' publicó este mes un artículo que señala la necesidad de un control sobre el consumo de azúcar similar al de sustancias tan adictivas como el tabaco o el alcohol. Varios expertos en nutrición valoran la magnitud de este problema en España. “No fumo, no bebo y no consumo drogas, pero cada día siento la necesidad de tomar azúcar”. Aunque hasta ahora éste parecía el perfil de una persona sana, para Robert H. Lustig, Laura A. Schmidt y Claire D. Brindis, investigadores de la Universidad de California (EE UU), es el testimonio de un adicto.
Los tres científicos publicaron a principios de febrero un artículo en la revista Nature que atacaba el consumo de azúcar y lo relacionaba con el aumento de enfermedades no transmisibles, como la obesidad o la diabetes.
El consumo de azúcar se relaciona con el aumento de enfermedades como la obesidad o la diabetes
Los autores afirman que los efectos de este aditivo en el cuerpo pueden ser similares a los provocados por ciertas sustancias adictivas como el alcohol y solicitan una regulación, también en los impuestos, que limite sus ventas en los colegios y la edad de compra, como se hace con el tabaco.  
Sin embargo, para Javier Salvador, presidente de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN), “la obesidad es el auténtico enemigo que favorece la aparición de una pléyade de complicaciones metabólicas, cardiovasculares, respiratorias, articulares e incluso cáncer en adolescentes y adultos, que pueden reducir significativamente la calidad y la expectativa de vida”.
Comparar la ingesta de azúcar con el alcohol y el tabaco parece un tanto exagerado. “Equiparar su consumo al de sustancias adictivas me parece excesivo en España.
En EE UU, donde el consumo es mucho mayor y la obesidad afecta a uno de cada tres hombres y mujeres, la visión puede ser algo distinta”, explica Albert Lecube, investigador de la Unidad de Obesidad y Metabolismo del Hospital Vall d'Hebron.
Mientras que los científicos de la Universidad de California hablan del azúcar como una sustancia tóxica, puro veneno para el cuerpo, los expertos españoles se muestran tajantes y no consideran que nadie llegue a tratarse para dejar el azúcar, pues la verdadera clave reside en una dieta desequilibrada incluida dentro de otros hábitos de vida inadecuados.
El azúcar, a raya
El artículo de Lustig, Schmidt y Brindis subraya la necesidad de tomar medidas en países como EE UU, donde más de 600 kilocalorías diarias por persona provienen del azúcar. De hecho, los investigadores argumentan que el consumo mundial se ha triplicado durante los últimos 50 años. ¿Ocurre lo mismo en España?
El Estudio de Nutrición y Riesgo Cardiovascular (ENRICA), que revela un aumento de la prevalencia de obesidad en España, no indica que el porcentaje de calorías provenientes de los carbohidratos, como el azúcar, se encuentre por encima de lo recomendado.
Es más, los resultados muestran que entre el 41% y el 43% de las calorías declaradas provienen de los azúcares complejos o sencillos, lo que no supera el 50% recomendado en los programas de alimentación convencionales.
“Esto no quiere decir que no puedan existir colectivos que abusen de los azúcares añadidos, como los que se encuentran en algunos refrescos, cuyo suplemento calórico favorece el desarrollo de obesidad y de sus complicaciones asociadas”, subraya Salvador.
El cambio de hábitos de la sociedad española ha eliminado la protección de la valorada dieta mediterránea. “Estudios como éste nos exigen tomar medidas antes de sufrir un problema que ya es alarmante en otros países”, afirma Martín López de la Torre, experto del Hospital Universitario Virgen de las Nieves de Granada.
Una amenaza global
El exceso de azúcar comporta efectos metabólicos indeseables, en gran parte mediados por su contribución al aporte calórico global, pero no hay razones para demonizar un consumo razonable en aquellas personas que poseen un metabolismo ‘normal’.
“Culpar especialmente al azúcar no parece merecido, sobre todo cuando otros elementos como el alcohol, las grasas saturadas –de mayor capacidad calórica–, el sedentarismo y la propia obesidad ocasionan efectos potenciadores de la resistencia a la leptina y del estrés metabólico, ambas repercusiones atribuidas a un aumento de su ingesta”, afirma Salvador.
La mesura parece ser la clave y la única vía posible para conseguirlo, la educación sanitaria y el acceso a otro tipo de alimentación. “Las personas deben conocer la composición de los alimentos que ingieren y que realizar alguna actividad física es muy conveniente. Establecer prohibiciones no parece la actitud estratégicamente más aconsejable”, señala Salvador.
Los investigadores estadounidenses, aun siendo más alarmistas, tampoco hablan de prohibición. Sugieren tomar como ejemplo las acciones que han reducido en los últimos años el consumo de alcohol y tabaco en muchos países, como establecer tasas especiales para su venta y restringir las licencias en máquinas de vending situadas en lugares públicos.
Ya sea a través de una maniobra de desintoxicación o de una labor de educación, el frente común de endocrinos y nutricionistas es frenar las impresionantes tasas de obesidad y otras enfermedades asociadas que asedian a la población de la mayoría de los países del mundo. Ojo a su nuevo enemigo: es discreto y mucho más dulce.
Menos bollos y más cereales
La población española come en exceso ciertos alimentos como los cárnicos, lácteos enteros y bollería en general, en detrimento de un menor consumo de cereales, legumbres y patatas. El uso de azúcares de rápida absorción y bollería ha aumentado en los últimos años, y con ello la prevalencia de obesidad y diabetes.
“Aunque este aumento de ingesta calórica influye en el desarrollo de obesidad, la obesidad en la diabetes, y ambas en la mortalidad por enfermedad cardiovascular, es muy difícil cuantificar esta relación. Hay otros factores alimentarios, genéticos, hereditarios o el propio sedentarismo que actúan a la vez”, sostiene Martín López de la Torre. 
En los estudios realizados en España el consumo de azúcares puede promediar los 20 y 30 gramos diarios, a los que hay que sumar un consumo de bollería en torno a los 40 y 50 gramos al día.

El cerebro regula el balance dietético

Podría utilizarse en el diseño de dietas variables optimizadas para determinados pacientes


El hipotálamo dispone de células que actúan en función de los nutrientes que se ingieran. Este hallazgo permitiría incluir nutrientes específicos en la alimentación de algunos pacientes a lo largo del ciclo vigilia-sueño para optimizar sus dietas.
“El cerebro, y más concretamente el hipotálamo, no solo contiene células capaces de detectar la energía, sino también otras que pueden medir el balance dietético", declara Denis Burdakov, investigador de la Universidad de Cambridge (Reino Unido) y autor principal del estudio publicado esta semana en la revista Neuron.
“Se trata de las células hipocretinérgicas, que contienen una molécula - el neuropéptido hipocretina-  que se expresa en unas 10.000 neuronas en el hipotálamo, una región del cerebro implicada en el control de la ingesta de alimentos, el ritmo circadiano, el ciclo vigilia sueño y la regulación endocrina”, explica a SINC Luis de Lecea, investigador español descubridor de las neuronas hipocretinérgicas y profesor de la Universidad de Stanford (EE UU).
La actividad de las neuronas que expresan el neuropéptido hipocretina, también llamado orexina, se rige por el equilibrio de macronutrientes y no simplemente por el contenido calórico de la dieta.
“Estos resultados, que apoyan un nuevo modelo de regulación dietética más complejo formado por nutrientes específicos, se podrían utilizar en el diseño de dietas variables optimizadas para determinados pacientes a lo largo del ciclo vigilia-sueño”, apunta De Lecea.
El trabajo revela además que cuando este sistema celular se expone simultáneamente a aminoácidos y azúcares, los primeros logran suprimir la influencia inhibidora de la glucosa. Investigaciones anteriores ya habían demostrado que la glucosa inhibe este tipo de neuronas.
Los científicos responsables del trabajo han demostrado que la combinación de aminoácidos como la clara de huevo, nutrientes derivados de las proteínas, estimula y activa este sistema neuronal. 
Un constante tira y afloja
Los autores estudiaron, a partir de datos obtenidos con ratones, cómo las mezclas fisiológicas de nutrientes influencian el sistema neuronal orexina-hipocretina. Burdakov afirma que los datos de su investigación "apoyan la idea de que estas células hipocretinérgicas se encuentran bajo el control de azúcares y proteínas, en un constante tira y afloja”.
Mientras que ciertas neuronas especializadas son capaces de detectar nutrientes individuales, como la glucosa, no está claro cómo las combinaciones de alimentos típicas de la dietas afectan a los circuitos cerebrales encargados de regular el balance energético.
Aunque el estudio no explica qué efectos tiene en el comportamiento de las personas, sus resultados coinciden con los informes que muestran que “las comidas ricas en proteínas son más eficaces que las ricas en azúcares en la promoción de la vigilia y la excitación", afirma el líder de la investigación.

miércoles, 30 de octubre de 2013

Desmienten científicamente la vieja creencia de que el chocolate engorda

Según un estudio de la UGR

Un equipo de investigadores de la Facultad de Medicina y la Facultad de Ciencias del Deporte de la Universidad de Granada (UGR) ha desmontado científicamente la vieja creencia de que comer chocolate engorda.

   En un artículo publicado esta semana en la revista 'Nutrition', sus autores han demostrado que un alto consumo de chocolate está asociado a niveles más bajos de grasa total (esto es, la grasa acumulada en todo su cuerpo) y central (abdominal), independientemente de si el sujeto practica o no actividad física y a la dieta que siga, entre otros factores.

   En este trabajo, los científicos analizaron si un mayor consumo de chocolate se asocia con un mayor o menor índice de masa corporal, así como otros indicadores de grasa corporal total y central en los adolescentes que participaron en el estudio Helena (Healthy Lifestyle in Europe by Nutrition in Adolescence). Se trata de un proyecto, financiado por la Unión Europea, sobre los hábitos alimentarios y el estilo de vida de los jóvenes de nueve países europeos, entre ellos España, informa la UGR en una nota.

   Los resultados de este estudio, en el que participaron 1.458 adolescentes de entre 12 y 17 años, mostraron que un mayor consumo de chocolate se asoció con niveles más bajos de grasa total y central, según lo estimado por el índice de masa corporal, el porcentaje de grasa corporal (obtenido a partir de plicometría e impedancia bioeléctrica, dos técnicas de medición) y el perímetro de cintura. Estos resultados fueron independientes del sexo, la edad, la madurez sexual, la ingesta energética total, la ingesta de grasas saturadas, fruta y verdura, el consumo de té y café, y la actividad física de los participantes.

   Como explica la autora principal de este artículo, Magdalena Cuenca García, aunque el chocolate está considerado como un alimento con un alto aporte energético (al ser rico en azúcares y grasas saturadas), "recientes estudios realizados en adultos sugieren que su consumo se asocia con un menor riesgo de trastornos cardiometabólicos".

   De hecho, el chocolate es un alimento rico en flavonoides (especialmente catequinas), que proporcionan múltiples propiedades saludables: "es un gran antioxidante, anti-trombótico y anti-inflamatorio, tiene efectos anti-hipertensivos y puede ayudar a prevenir la cardiopatía isquémica".

   Recientemente, otro estudio de carácter transversal desarrollado en adultos por científicos de la Universidad de California observó que una mayor frecuencia en el consumo de chocolate también se asocia con un menor índice de masa corporal. Además, estos resultados se confirmaron en un estudio longitudinal en mujeres que siguieron una dieta rica en catequinas.

   Este efecto podría deberse, en parte, a la influencia de las catequinas sobre la producción de cortisol y la sensibilidad a la insulina ambas, relacionados con el sobrepeso y la obesidad.

   Los científicos de la UGR han querido ir más allá, y analizar lo que ocurre con el consumo de chocolate en una edad tan crítica como la adolescencia controlando también por otros factores que pudieran influir en el acúmulo de grasa.

   El estudio, además de novedoso es quizás el más amplio y mejor controlado realizado hasta la fecha, y el primero en población adolescente. Contempla un número elevado de medidas corporales, una medida objetiva de la actividad física, detallado registro dietético mediante dos recordatorios no consecutivos de 24 horas con un programa informático basado en imágenes, y controla el posible efecto de confusión de un conjunto de variables claves.

   Los autores del artículo publicado en 'Nutrition' destacan que el impacto biológico de los alimentos no debe ser evaluado sólo en términos calóricos. "Las investigaciones epidemiológicas más recientes están centrando su atención en estudiar la relación entre determinados alimentos (no sólo por su contenido calórico, también por sus componentes) y los factores de riesgo para el desarrollo de enfermedades crónicas, incluyendo el sobrepeso o la obesidad".

   Con todo, los científicos de la Universidad de Granada insisten en la necesidad de ser moderados en el consumo de chocolate. "En cantidades moderadas, el chocolate puede ser bueno, como ha demostrado nuestro estudio. Pero un consumo excesivo resulta, sin duda, perjudicial. Como se suele decir: demasiado de algo bueno, ya no es bueno".

   Los investigadores de la UGR apuntan que sus hallazgos "tienen también  importancia desde el punto de vista clínico, ya que contribuyen a entender los factores que subyacen en el control y mantenimiento del peso óptimo".

jueves, 1 de agosto de 2013

La anemia está vinculada a un mayor riesgo de demencia


La anemia o bajos niveles de las células rojas de la sangre puede aumentar el riesgo de demencia, según un estudio publicado este miércoles en la edición digital de 'Neurology', la revista médica de la Academia Americana de Neurología.

"La anemia es común en las personas mayores y se produce en hasta el 23 por ciento de los adultos mayores de 65 años", dijo la autora del estudio, Kristine Yaffe, de la Universidad de California - San Francisco, en Estados Unidos, y miembro de la Academia Americana de Neurología. "La condición también se ha relacionado en estudios con un mayor riesgo de muerte prematura", apostilla.

   Para el estudio, 2.552 adultos mayores en edades de 70 a 79 años realizaron pruebas de anemia y se sometieron a tests de memoria y pensamiento durante más de 11 años. De ellos, 393 tenían anemia al inicio del estudio y, al final del estudio, 445 participantes (18 por ciento) desarrollaron demencia.

   La investigación encontró que las personas que tenían anemia al inicio del estudio registraban un casi 41 por ciento más riesgo de desarrollar demencia que los que no estaban anémicos, una relación que se mantuvo tras considerar otros factores, como la edad, la raza, el sexo y la educación. De las 393 personas con anemia, 89 personas o el 23 por ciento, desarrollaron demencia, en comparación con 366 de las 2.159 que no estaban anémicas (17 por ciento).

"Hay varias explicaciones de por qué la anemia puede estar relacionada con la demencia. Por ejemplo, la anemia puede ser un indicador de mala salud en general o los niveles bajos de oxígeno resultantes de la anemia pueden desempeñar un papel en la conexión. Reducciones de oxígeno en el cerebro han demostrado que disminuyen la memoria y las habilidades de pensamiento y pueden contribuir al daño de las neuronas", concluye Yaffe.

lunes, 7 de enero de 2013

Un nuevo estudio define la estructura de una proteína para la interacción de células

Largamente buscada

Los científicos saben que las células en todos los organismos superiores se unen entre sí para el desarrollo, la arquitectura, el mantenimiento y el funcionamiento de los tejidos, pero no se conocía hasta ahora cómo se gestiona esta acción. Investigadores del Instituto de Investigación Scripps (TSRI, en sus siglas en inglés) de la Universidad de Florida (Estados Unidos) han resuelto parte de este rompecabezas mediante la definición de la estructura de una proteína conocida como a-catenina, que es esencial para este proceso.

   El trabajo, publicado por la revista 'Nature Structural & Molecular Biology', concluye que las células del hombre se unen entre sí por medio de complejas adhesiones de la superficie celular, llamadas uniones adherentes. Las uniones adherentes se compone de tres tipos de proteínas cadherina, a-catenina y *-catenina.

   En primer lugar, los receptores de cadherina, que atraviesan la membrana celular, dirigen la unión de las células entre sí mediante dominios que se proyectan fuera de la célula. En segundo lugar, sus dominios de cola, que se encuentra en el interior de la célula, se unen a la proteína *-catenina, que, a su vez, está ligada a a-catenina.

   El término catenina se deriva de la palabra latina para la cadena, catena, y estas tres proteínas, literalmente, hacen una cadena. Este complejo se estabiliza cuando el extremo de la cadena, a-catenina, se une a la estructura molecular de la célula, el citoesqueleto, sin lo cual las células enlace serían simplemente pilas amorfas, según la investigación.

   Además los investigadores explican en su estudio que las alteraciones de cadherinas, *-catenina y / o a-catenina pueden conducir a cambios marcados en la señalización celular, el crecimiento y la migración, con la consiguiente producción de anomalías y cáncer.

   Los científicos siempre han sabdio que a-catenina forma enlaces con el citoesqueleto mediante la unión a una proteína llamada F-actina (la "F" significa filamento), que se encuentra en especies que van desde la levadura a los seres humanos. La paradoja ha sido que, a pesar de ser capaz de unirse a la actina F por sí sola, la unión de a-catenina para la F-actina y *-catenina son, en el tubo de ensayo, excluyentes mutuamente.

   Para resolver esta paradoja, los científicos cristalizaron y determinaron la estructura de una longitud completa de a-catenina casi humana. Esta estructura demostró por qué a-catenina no puede, simultáneamente, unirse a F-actina y *-catenina, ya que, específicamente, en su estado no ligado, a-catenina ha demostrado ser un dímero asimétrico, donde las dos subunidades tienen diferencias notables en su arquitectura que aparecen juntos para crear el sitio de unión de F-actina. La unión de *-catenina a a-catenina interrumpe la interacción de sus dos subunidades, cambian su arquitectura y desplazan a F-actina.

   La segunda parte del rompecabezas, cómo se enlazan células con proteínas cadherina-*-catenina y complejos de a-catenina-F-actina, se resolvió cuando los científicos descubrieron que otra proteína de citoesqueleto llamado vinculina, que también puede unirse a la actina F, juega un papel crítico en este proceso. Los investigadores establecieron las estructuras de dimérica a-catenina sola y cen el complejo con preactivado vinculina, cuyos resultados mostraron que vinculin unión no perturba el dímero a-catenina y que ambas partes del complejo vinculin-a-catenina eran de hecho capaces de unirse a la actina F, un escenario que estabiliza los complejos de adhesión.

domingo, 15 de abril de 2012

El mapa mundial del colesterol

Tras examinar datos de más de 50.000 pacientes con antecedentes de colesterol alto (de más de 200 miligramos por decilitro) en 36 países del mundo, un estudio revela que los países con mayores ingresos por habitante, menos costos por asistencia sanitaria primaria y sistemas de salud eficaces tienden a tener tasas más bajas de hipercolesterolemia entre las personas con antecedentes de colesterol alto. El trabajo aparece en la edición del 9 de abril de la revista Circulation.

Por término medio, en el mundo un 38 por ciento de pacientes tiene un exceso de colesterol en sangre que podría derivar en enfermedades cardiovasculares. No obstante, las tasas totales de colesterol alto varían ampliamente por países, oscilando entre el 73 por ciento en Bulgaria y el 24 por ciento en Finlandia. Y son particularmente altas en países de Europa del Este como Lituania, Rumanía, Ucrania, Hungría y Rusia. Estos mismos países también puntuaron los que puntuaron más bajo en términos de economía y en la calidad de sus sistemas de salud.

Por otra parte, los países con un producto nacional bruto más alto son también aquellos en los que viven menos ciudadanos con niveles elevados de colesterol