Dietas
Las dietas muy bajas en calorías (VLCD: Very Low Calory Diet) contienen ochocientas o menos calorías al día. Suelen ser muy espectaculares porque consiguen una mayor y más rápida pérdida de peso que las dietas convencionales. Tuvieron gran predicamento en la década de los setenta, pero la gran cantidad de efectos secundarios (incluso dieron lugar a muertes bruscas por problemas cardiacos) hizo que se abandonaran.
Hoy en día se han vuelto a propugnar ya que su composición es adecuada, puesto que se utilizan proteínas de alto valor biológico y se han convertido en un arma útil en determinados casos del tratamiento de la obesidad.
Es muy importante conocer el contenido energético de las dietas, es decir, su aporte calórico y su composición. La cantidad total de calorías administradas dependerá del estado del paciente, es decir, si está engordando y quiere adelgazar, o si mantiene el peso y necesita adelgazar. En general es necesario hacer una encuesta alimentaria minuciosa de lo que ingiere el enfermo, y se precisa la colaboración de dietistas o de enfermeras adiestradas.
Se suele hacer con un cuestionario que recuerda todo lo ingerido las veinticuatro horas previas y un recuerdo semanal de las situaciones gastronómicas no habituales. Posteriormente se hará una valoración del reparto de las calorías entre los tres principios inmediatos o macronutrientes: hidratos de carbono, grasas y proteínas.
Sabemos que en su combustión (consumo) los hidratos de carbono y las proteínas proporcionan 4 kcal por gramo, mientras que las grasas aportan 9 kcal por gramo.
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