Sabemos que veinte de cada cien ciudadanos reconocen que están siguiendo o han seguido algún tipo de régimen de adelgazamiento. El objetivo fundamental de la dieta es disminuir la masa grasa del obeso y mantener esta disminución modificando los comportamientos alimentarios para intentar disminuir los factores de riesgo cardiovasculares y metabólicos.
El objetivo principal del tratamiento dietético de la obesidad es disminuir la masa grasa del obeso y, el secundario, mantener el peso perdido, corregir errores alimentarios, modificar hábitos alimentarios y disminuir factores de riesgo.
Se han utilizado diversos procedimientos, entre los que se encuentran las dietas hipocalóricas equilibradas, las dietas bajas en calorías y las dietas muy bajas en calorías. Las primeras son las clásicas, las que habitualmente se han venido utilizando. Tienen las desventajas de la monotonía y de la falta de adhesividad del enfermo.
Las dietas bajas en calorías son aquellas que se distribuyen generalmente por el procedimiento "boca a boca" y otras veces constituyen auténticos bestsellers. Suelen gozar de la popularidad de alguna persona conocida que las propugna o que las patrocina y en casi todos los casos suelen ser dietas pintorescas, no equilibradas que a veces dan lugar a grandes problemas porque no suelen tener una base nutricional ni endocrinológica.
Son las famosas dietas de los astronautas, de Victoria Principal, de Rafaella Carrá, muchas de las disociadas —la dieta de la sopa— y otras muchas que de manera pintoresca intentan conquistar el alma vulnerable de las personas obesas.
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